13. Reflexionar, pensar y olvidar.

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Capítulo trece: Reflexionar, pensar y olvidar.


El día siguiente a la fiesta fue como un torbellino.

Después de lo que Jamie me contó, no iba a poder pensar con claridad durante mucho tiempo. Es decir, no es algo que suceda todos los días, y vivirlo –técnicamente- en primera persona te da mucho que pensar. Juro que mi cabeza estaba a punto de explotar.

Por la noche, había intentado conciliar el sueño unas cuantas veces pero todos los intentos fueron en vano. Solamente pensaba en Sonia, Liam, Jamie y yo... y la épica historia que nos rodeaba. Todo era como si hubiesen sacado una parte de un conjunto de telenovelas como las que solía ver mi abuela, y luego juntarlas en lo que yo llamo épica historia.

Miré el reloj. Eran las ocho y veinte de la mañana. Sólo había podido dormir media hora. Me senté en el borde de la cama y suspiré antes de ponerme las zapatillas y levantarme. Iría a tomar un vaso de leche, quedarme en la cama despierta durante más tiempo iba a matarme, necesitaba mover las piernas y tomar el aire.

Total, sabía que no iba a dormir.

Abrí la puerta con sigilo y me asomé en el pasillo, me quedé quieta unos segundos para asegurarme de que no había nadie levantado –Liam, Sonia o Jamie-, una vez que me aseguré cerré la puerta y bajé las escaleras como si fuera un ninja.

Al llegar a la cocina una brisa de aire frío chocó contra mi cuerpo. Abrí la nevera y saqué el cartón de leche para luego servirme un vaso. Después me quedé junto al fregadero mirando por la ventana, y comencé a pensar de nuevo.

Los engranajes de mi cabeza nunca habían trabajado tanto por su cuenta, temía que incluso comenzase a salirme humo de las orejas. Está bien, quizá estaba exagerando, pero de verdad que no podía mantener la cabeza en blanco. No sé cuánto tiempo estuve allí parada, pero para cuando quise darme cuenta escuché el ruido de unos pies detrás de mí. Sobresaltada me giré y me encontré con Jamie.

- Buenos días, - dijo, frotándose los ojos.

- Buenos días, - contesté, intentando sonar normal.

Jamie se sentó en un taburete y se quedó mirando sus manos encima de la mesa.

- ¿Problemas de sueño? – preguntó.

Suspiré. – Ése sería el menor de mis problemas.

Él sonrió. – Bueno mujer, algo bueno tendrás que sacar de todo esto.

Le miré con perplejidad. Que me lo estuviese diciendo él no me ayudaba demasiado que digamos.

- Si te refieres a las ojeras bajo mis ojos, entonces sí, me ha tocado la lotería. Y si te comentase que mi vida es un asco y que el chico que quiero y el cual está enamorado de mí se va a casar con otra, entonces me ha tocado el bote.

Ante eso, Jamie no dijo nada.

- Creo que decírtelo fue un error.

¿Eso era lo único que tenía pensado decirme? Bueno, podría haberlo pensado antes la verdad.

- ¿Por qué? Prefiero saber la verdad a que me estén engañando en la cara.

- Sí, pero... no lo entiendes y...

- ¿Es que acaso tu sí lo entiendes?

Sé que quizá estaba sonando un poco demasiado dura. Pero siendo realista, ¿por qué no hacía nada? Lamentarse tampoco iba a servir de mucho. Quiero decir, ¿de verdad los padres iban a mirar más por el dinero que por la vida de sus hijos? Sonaba como muy cruel.

- No, pero lo acepto.

- ¿De qué tienes miedo?

Jamie suspiró y me miró.

- De todo Ariel, ¿te das cuenta del problema que habría si todo el mundo se enterase? Por no decir que mis padres me odiarían... ellos me adoptaron y me lo dieron todo, apuesto lo que sea a que me lo echarían en cara porque yo se lo quité todo a ellos. Nunca me lo perdonarían. Y además, también estoy seguro de que por mi culpa odiarían a Sonia... y no quiero hacerle eso.

Nos quedamos en silencio unos minutos, hasta que hablé.

- Me voy, Jamie.

Él me miró perplejo.

- ¿Qué?

- Creo que lo mejor es que me vaya. No me siento cómoda estando aquí y, la verdad, quiero volver a mi vida de antes y olvidarme de todo.

- ¿Por qué? ¿Por lo que te conté ayer? Oye, si es eso...

- No, está bien, ya me lo había planteado unas cuantas veces, gracias a ti he podido tomar la decisión y darme cuenta de que estar aquí nunca había sido la mejor opción. Asistir a esa boda iba a ser el mayor error de mi vida, no estoy preparada como para ver a Liam casarse con otra chica que no sea yo.

- Pero no queda nada para la boda y...

- Jamie, es lo mejor. A mí me inculcaron que siempre que quieres algo debes luchar por ello, pero yo no me veo con las suficientes fuerzas como para luchar por una causa perdida. Ya no hay nada que hacer. Liam tomó una decisión y la respetaré, pero no permitiré que juegue más con mis sentimientos. Quiero olvidarme de todo, pasar página y hacer mi vida. Estando aquí sólo conseguiré más tormento.

Después de aquello Jamie no dijo y yo se lo agradecí en silencio. Irme iba a ser la mejor decisión, ¿por qué sufrir? ¿Por qué pasarlo mal?

Debía empezar a tomar las decisiones correctas para empezar a hacer mi vida. El primero de los pasos sería alejarme. Cuanto más tiempo pase aquí, más sufriré. Por lo que marcharme, despedirme de mis padres y volver a Nueva York para centrarme de nuevo en mi carrera, era lo mejor que podía hacer para pasar al siguiente paso; olvidar. Si me centraba en mis estudios, me olvidaría de todo lo que había aquí. Iba a ser una tarea difícil, porque realmente durante los dos últimos años creí que Liam se había borrado de mi sistema, pero al volver y encontrármelo me di cuenta de que había estado engañada todo el tiempo. No había conseguido olvidarme de él. Pero en parte era porque tampoco me había centrado al cien por cien, esta vez, no me iba a suceder lo mismo. Y el tercer y último paso, pasar página y construir mi vida. Al pasar página estaré preparada para volver a mantener alguna relación, conocer a alguien, y quién sabe, quizá sea mi alma gemela y pueda llegar a vivir toda mi vida junto a él y formar una familia. Pero eso ya era hablar demasiado.

De momento, procuraría realizar el primero de los tres pasos.

Preparar la maleta, despedirme y marcharme sin mirar atrás.

Para no volver.

Sólo esperaba que Liam fuese feliz en su nueva vida.

* * *

No sé ni cuándo fue la última vez que actualicé, pero sé que fue hace mucho. Me siento avergonzada, pero no encontré el momento para centrarme en esta historia. Ahora os puedo decir y es, que ya lo tengo pensado todo. No queda nada para el final, no sé con exactitud cuántos capítulos quedan, pero me voy a arriesgar y decir que aproximadamente unos dos o tres, y entonces podré decir al fin que epeme c'est fini! 

En fin, aún y todo, ¿creéis que la decisión de Ariel es la correcta?

¿Qué hubieseis hecho en su lugar?

Cheeky Love, xx.

El Playboy es mi Enemigo, [SP#2] | ✓Where stories live. Discover now