14. Errores, nuevas decisiones e inicios.

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He borrado el anterior capítulo. Fue totalmente mierda. Por lo que, aquí tienen un último capítulo nuevo y mucho más decente. Espero que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiendo. Así que ya os dejo para que:

¡¡¡¡Disfruten con la lectura mis playboys!!!!


Capítulo catorce: Errores, nuevas decisiones e inicios.

LIAM

Una semana después

- ¿No puede ir un poco más rápido? – le instigué al taxista.

El hombre me dio una mala mirada a través del espejo retrovisor pero no dijo nada. Miré por la ventana sin poder evitar golpear la mano contra la rodilla.

Estaba nervioso.

No podía negar lo obvio. Había estado practicando durante horas lo que tenía pensado decirle a Ariel, pero, todo fue en vano. Nunca decía lo mismo. Cuando parecía que algo era definitivo, siempre se me ocurría una frase mejor y así sucesivamente. Al final no tenía nada pensado, supongo que le diría lo primero que se me viniese a la cabeza al verla.

Ahora mismo estaba en esta situación, lleno un manojo de nervios, y en este taxi mugriento escuchando una serie de canciones country que me iban a reventar la cabeza.

No estaría ahora mismo aquí si no hubiese sido demasiado tarde.

Para cuando me decidí a luchar por Ariel, ella ya se había ido. Fue demasiado tarde y no pude decirle que la quería y que sólo soñaba con estar con ella. Mierda. Me estaba quitando el sueño desde hacía dos años. Lo único en mi mente eran su rostro y su pelo rojo cereza.

¿Por qué llegué a estar en esta situación?

Digamos que, si hace dos años no me hubiese ido y no hubiese hecho lo que mi padre quería. Ahora –probablemente- estaría con Ariel, disfrutando de buenos momentos llenos de risas, caricias, besos y mucho más. Estaría viviendo situaciones a su lado que luego me gustaría recordar junto a mis hijos o a mis nietos.

Todo vino a partir del momento en el que mi padre, antepuso sus negocios de empresa a los sentimientos de su hijo. De alguna forma, arregló un matrimonio de conveniencia con la familia de Sonia, para continuar haciendo negocios entre las empresas. Así, todos ganarían el doble y ambos ganarían. Pero nadie se paró a pensar en los dos damnificados de aquello, que éramos Sonia y yo, y eso sin contar a las terceras personas.

Todo fue un cúmulo de mentiras que luego nadie pudo afrontar. Ni siquiera yo.

Sin embargo, una parte de mí cuando decidió marcharse, quiso hacer lo que hizo para que por una vez en mi vida, mi padre se sintiese orgulloso de mí. Me costó darme cuenta de que eso nunca ocurriría. Había intentado contra todo pronóstico que mi padre se diese cuenta de mí y que me aceptase. Pero como se podrá comprobar, no funcionó.

Mi padre sólo pensaba en él y en nadie más que él, todo lo demás era irrelevante. Cualquier cosa que no tuviese que ver con él, no le importaba. Ni siquiera yo. A no ser, que yo interviniese en sus negocios, entonces sí era importante para él. Pero si no, era un cero a la izquierda. Lo que pensase o no era algo que nunca le dio dolores de cabeza. Todo siempre había girado en torno a él, mis esfuerzos en clase, en los deportes, en absolutamente todo habían sido, -en parte-, por él.

Hasta ahora.

Ya era mayor, podía tomar las riendas de mi vida. Tomar mis propias decisiones. Quería cometer errores para luego así aprender de ellos y no volver a chocar con la misma piedra. Quería por una vez en mi vida sentirme feliz y libre a la vez. Y sólo me sentía así cuando estaba con Ariel.

El Playboy es mi Enemigo, [SP#2] | ✓जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें