Algo.

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¿Monstruo? ¿Dónde estás? No te veo.

No es esto lo que esperaba, y de esperar desesperé. No quiero esperar, pensar y aparentar en este mundo inhóspito dónde no hay lugar, para cómplices miradas, hadas, alas malgastadas, sábanas sudadas dónde no existen palabras de consuelo, para el pobre malherido que se cayó del nido y no aceptó su condición.

¡Incítame! ¡Provócame! Lluvia en mis ojos. ¡Sueños rotos! ¡Sólo son sueños rotos! Los monstruos no aparecen en forma de monstruo y los héroes no ganan al villano. Hoy en día Oliver Twist sucumbiría a la droga y Romeo y Julieta ante lo difícil harían las maletas. Las fábricas no són cómo la de Willy Wonka y los gigantes són molinos porqué ya no les miráis...

Ámame, ódiame y díselo a todos. Son falsas las sonrisas que ven todas esas fotos, y es que todos son lo que creen que pueden ser; se autoimponen límites sin llegar a entender que la vida es sueño, cómo dijo Calderon.
Pero un sueño roto en el tiempo y sin rincón.

¡Imagina! no controlar lo que pasa fuera.
¡Imagina! no encajar con todas las reglas.
¡Imagina! todo lo que quieras y si merece la pena no esperes más.

Si vuelo mientras sueño, dime, ¿Por qué me despiertas?
Mi monstruo no llegó a su hora, quizás está jugando al escondite.