Y sin darme cuenta...

58 9 1
                                    

Adiós. No se decirlo mejor. Más alto sí pero no mejor.
El tiempo pasa, y pasa tan deprisa
que siento que muero lento, porque lento me muevo.

Y sin darme cuenta llega 2017, ¡vaya broma!
A veces creo que he pasado el año medio vivo medio en coma.

Y, dime, ¿por qué seguir escribiendo otro año más?
¿Por qué hablar en un mundo dónde nadie te va a escuchar?
No, no es por amor, es porque no se dejar de hacerlo.

Porque sin darme cuenta
vuelvo a estar escribiendo,
gritando al mundo que sigo aquí,
¡que si me caigo me levantaré!
Una, dos, ¿mil veces?
Ya perdí la cuenta.

Sigo aquí, dudando de toda existencia que exista.
Que baje Dios y lo vea
que ante mi duda dudará él de su propia existencia.

No habrá sentencia pues no habrá poder superior
que condene el amor a vivir
y mi adicción a escribir.

Empieza un nuevo año,
y aunque sea solo una fecha más
en un calendario que nos hemos inventado,
nos sirve para aprender a respetar el tiempo.

Todos nos paramos, miramos atrás y pensamos
"el año que viene, será distinto.
Este año, ¡voy a cumplir mis propósitos!
Voy a ser quien quise ser desde que quise ser alguien"

Eso decimos. Pero siempre nos damos un último capricho.
Una última fiesta para despedir a nuestro antiguo yo.
Ese "yo" que nos va a encontrar de nuevo el día 1, destrozados,
Y sin darnos cuenta,
posponemos nuestros tan ansiados cambios.

Aún así, sentimos que debemos de celebrar que un año se va,
celebrar que estamos vivos otro año.
Celebrar que cada día morimos un poco más...
E incluso sin darnos cuenta.

Algo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora