CORAZAS DE PLÁSTICO

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Aquel día, la ceremonia de "bienvenida" fue totalmente extraña.

Zira recibió a los recién llegados en la entrada de la cueva donde les dirigía unas palabras que no alcanzaban a llegar a los jóvenes oídos de los cachorros.

Una sonrisa maliciosa adornaba sus labios secos y no daba buena espina.

Nadie movía ni un musculo por lo cual Kiara, Kopa y Zuri tampoco, solo se dedicaban a mirar la escena y a cada nueva pregunta de Kopa, Vitani lo callaba.

Luego de unos minutos de dudas todos se dispersaron siguiendo con sus tareas.

Al día siguiente Zira había vuelto a escapar del reino, nadie sabía a donde se iba o que hacía. El nuevo grupo de cinco apenas y se lograban ver en el reino. Al ser jóvenes seguramente tenían sus propios intereses.

Por la mañana Kiara y Kopa lograron frenar a Vitani cuando se disponía a irse del lugar, quizá a entrenar a los cachorros o tal vez solo estaba escapando de sus amigos y sus evidentes preguntas.

Las únicas respuestas que obtuvieron fueron sobre el origen del nuevo hermano de ella. Supuestamente Zira lo había adoptado cuando lo encontró vagando sin rumbo y a punto de morir o al menos esa era la versión que daba la leona. ¿Zira salvando una vida? Ni a Kopa ni a Kiara les convencía lo que salía de la boca de Vitani. Lo único que pudieron aceptar como real fue que él no era hijo de Zira, era evidente que era de fuera o quizá del reino del que se adueñó.

Fuera lo que fuera, Vitani fue clara al momento de advertir a los leones de Prindelands: -no se acerquen a él ni a los otros cuatro-

Fueron sus últimas palabras antes de seguir con su rumbo seguida de Kopa quien no paraba con sus preguntas.

Kiara se quedó en su lugar observando a los dos.

Ella no se iba a quedar con solo palabras... quería verlo por sus propios ojos pues su interés por estos nuevos leones era notable... era por lo que había ido hasta ese lugar.

Kiara llevaba minutos caminando. Se había guiado de su sentido del olor para seguir el rastro mientras que al mismo tiempo se preocupaba por Zuri pues no la habían visto desde que despertaron y cada vez era más distante, ya no solo con Kopa si no con ella también.

Dejo al lado sus preocupaciones cuando escuchó unas voces masculinas cerca de ella. Al comienzo no prestó atención al tema de conversación pues solo le basto el sonido para saber que los había encontrado, aunque no era como si se estuvieran escondiendo pues bien sabía Kiara que era su hogar y que la forastera era ella.

Mirando sus patas y el suelo frente a ellas, para no pisar alguna rama o patear piedras sueltas, se acercó hasta el origen de la plática.

La leona de ojos rojizos llegó hasta el tronco grueso de un árbol donde con cuidado asomó su cabeza encontrándose así con la imagen que esperaba... cinco leones machos esparcidos por el lugar. Un león acostado en el suelo, otro más sentado y dos más de pie jugando con algo que no pudo identificar en el suelo. Parecía ser el juego más divertido del mundo pues las carcajadas gruesas se escuchaban en voz alta, cosa que le indicaba que no había sido descubierta aún.

Veía atenta cada movimiento cuando dirigió su mirada al león restante del grupo. Aquel que se topó cara a cara y directo a los ojos durante breves segundos y más importante... el responsable de los eventos de las últimas semanas.

Le bastó solo unos segundos a Kiara para saber que aquel individuó de ojos verdes era quien se aparecía en sus sueños, quien traería, junto a ella, paz a Prindelands y a los desterrados.

Kiara, Kion y Kopa: La Historia de 3 HermanosWhere stories live. Discover now