Capítulo VIII: Darse cuenta

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Louis había resultado ser una de las personas con las que he congeniado más en toda mi vida. Era increíble de cierto modo, gracioso y atento. Me había hecho reir mucho durante la pequeña cita que tuvimos. Me había contado muchas cosas y había dicho cosas interesantes. Era como la mezcla perfecta.

-Fue... Un gusto verte de nuevo. -me dijo, le sonreí, con todas las ganas del mundo. -Espero que nos veamos pronto de nuevo.

-Claro. -murmuré, él me seguía mirando por lo mientras. -Podemos quedar para cualquier otro día.

-Bien. -sonrió. -Nos vemos pronto.

-Hasta pronto. -dije, caminó hacia la salida de mi casa, y cuando reaccioné de nuevo, cerré la puerta.

Corrí a sentarme en el sofá mientras tomaba el teléfono y llamaba a Niall.

-¿Hola?

-Habla el rubio irlandés más lindo de la tierra, ¿qué desea? -me reí.

-Hola, Niall.

-Harry, ¿cómo estás?

-Bien, Ni, quería decirte algo. -murmuré, escuché la voz de Niall interesada.

-¿Qué cosa? ¿Conociste a Justin Bieber? -fruncí el ceño.

-No... -dije extrañado.

-Eh, entonces no me importa. -me reí.

-Conocí a un chico.

-Sí que me importa. -me reí, tomando un cojín.- ¿Quién es?

-Un chico que conocí una tarde hace unos días, hoy ha venido a verme de nuevo.

-Bien y ¿es guapo?

-Definamos tu aspecto de guapo.

-Uh... no lo sé Harry, dime, ¿es guapo? -sonreí.-Hey te dije que salsa ¿Dónde está?

-¿En dónde estás?

-En un restaurante de pizza. Bien, prosigamos, ¿es guapo? -dijo, me reí. -Gracias.

-Sí. -murmuré con las mejillas rojas.

-¿Sí? ¡No me jodas! ¿Cómo se llama?

-Louis.

-¿Louis? Eh... ¿Louis...? -dejó la pregunta en el aire.

-¿Sí?

-¿Cuál es su apellido?

-Uh... No lo sé. -él asintió.

-Bueno, no importa, ah... ¿es lindo? -sonreí.

-Bueno, sí, es muy gracioso, dice muchas tonterías, pero, sí es lindo, es muy atento.

-Me da gusto Harry, uh... debo irme, ¡La salsa me espera!

-Adiós Niall.

-Adiós rizos

Cuando escuché el tono sonar, me quité El teléfono del oído. Sinceramente, jamás me había gustado alguien tan rápido. Y Louis me agradaba demasiado, era una persona bellísima y me hacía olvidar todos mis problemas.

(...)

-Harry. -la mujer tomó a su hijo de seis años de la mano, tiene la piel de porcelana y una sonrisa preciosa que su hijo siempre ha amado.

-¿Qué mami? -la mujer sonrió, acariciando con cuidado la venda de la cabeza de su hijo.

-¿Te acuerdas de Louis? -el menor frunció el ceño con fuerza ¿De qué hablaba?

El asesino de la calle 406 [Larry Stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora