Capítulo XVII: Sangre Tibia

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Pasó una semana.

Una semana entera que se me hizo eterna porque sabía que tenía a Harry cerca, pero la ansiedad de saber dónde no se iba.

Niall investigó hasta debajo de las piedras dónde estaba Harry.

Dio con un lugar que estaba a una hora de ahí.

Nos aferramos a que era ahí.

Queríamos creerlo, si fallaba, sabía que Desmond nos iba a encontrar y no quería eso.

Yo no podía salir del país porque quedaría mi registro en el aeropuerto y en el otro país.

Tenía que refugiarme dentro de mi país, lo malo es que es un país pequeño.

—¿Ya está? —dijo Niall caminando frente a mí, lo miré de reojo mientras asentí, las manos me temblaban demasiado y la sangre me hervía por dentro. Quería creer que Harry estaba ahí, que estaba vivo, que estaba bien si eso se podía decir.

Realmente quería creer.

Zayn llegó unos minutos después, tenía una mochila en los hombros y algunas armas colgadas en el cinturón. Niall lo miró durante un momento antes de que Zayn se subiera al coche.

Conduje hasta la dirección. Me quedé mirando frente a la casa y me estacioné unas cuadras después. Niall se quedó en el auto para regresar en 20 minutos por nosotros, y con suerte, con Harry.

Zayn y yo nos bajamos del auto mientras Niall salió a dar unas vueltas para que no lo viese nadie. Las calles estaban mal cuidadas y realmente no parecía un lugar donde viviera gente normal.

—¿Estás bien? —me dijo Zayn, lo miré con atención unos segundos, regresé mi vista a la calle mientras negaba.

—Estoy nervioso.

—¿Por qué?

—Si lo encuentro... —susurré, tomando en mis manos el cuchillo. —¿Y si no lo encuentro?

—Ahí va a estar, Louis. —me dijo, tocando mi hombro. Traté de agradecerle, pero nada salió de mis labios.

Llegamos cinco minutos después.

Era una casa abandonada, descuidada, sucia, al parecer antigua y era una casa grande. Zayn tomó entre sus manos un revólver mientras ambos caminamos hacia la casa. Cuando entramos no había nadie.

Me encaminé a la segunda planta mientras zayn exploraba la primera, saqué ahora yo un arma mientras comenzaba a abrir todas las puertas.

El corazón me latía como loco.

Mis manos tocaban con delicadeza las perillas para luego abrir las puertas. Abrí dos antes de que el corazón se me volcara como un loco.

—Harry...

Su cuerpo estaba tirado en el suelo mezclado con una manta sucia. Su cabello enredado y pegado a su frente.

Estaba tan descuidado.

Sus pies descalzos y había un olor nauseabundo en el cuarto. Entré enseguida y me arrodillé junto a él.

—Harry, despierta. —dije, tomando sus hombros entre mis manos, apenas y abrió los ojos un segundo, antes de cerrarlos de nuevo.

—Louis... —susurró, apenas lo pude escuchar. Las ganas de matar a Desmond me regresaron en ese mismo instante. Cómo demonios podía tratar a su hijo de esta manera.

—Vámonos, Harry. —murmuré, sin esperanzas a que me respondiera. Salí de la habitación enseguida. —¡Zayn!

—¿Qué? —enseguida lo vi en las segunda planta. —Está ahí. —me dijo, no pude decir nada, cuando entró, tuvo que cubrirse la nariz. Harry llevaba tres semanas dentro de este cuarto asqueroso.

El asesino de la calle 406 [Larry Stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora