Deseo III

1.4K 197 55
                                    

"Que Jong Woon hyung me proteja"

El menor suspiró tomado de la mano de Jong Woon, este había ido a recogerlo a la escuela después de sus clases e iban camino a casa después de una larga jornada de estudios, de trabajos y estrés que era el pan de cada día. O al menos así era para el mayor.

El sol estaba ligeramente cubierto por la nubes, el día podía decirse estaba gris y melancólico, una extraña mezcla de clima y sentimientos. El viento helado sopló haciendo que los dientes del menos castañetearan un poco a la par que acomodaba mejor la bufanda que se enredaba en su cuello, el invierno empezaba a acercarse lentamente y estaba seguro que cuando nevara enfermaría por su descuido.

Jong Woon sonrió y le pasó el brazo por los hombros acogiéndole en su pecho para darle un poco de su calor, su hermosa jirafa no podía enfermar, no quería verlo en una cama postrado por más que deseara ser su enfermero privado. Allí en mitad de la acera le abrazaba intensamente, queriendo fundirse en un solo cuerpo con el ángel que temblaba entre sus brazos, le había extrañado mucho la última semana. Le había hecho más falta de la que pensaba.

  — Hyung...— Murmuró el menor algo avergonzado al llevar varios minutos así— La gente puede mirarnos.

— Que lo hagan— Ocultó su rostro en el cuello del pequeño maldiciendo la bufanda que le impedía un poco de contacto— Así podré besarte en público y no tendré que ocultar más mi amor hacia ti.

El menor apretó su camisa y cerró los ojos, su hyung parecía perder la cordura en ciertas ocasiones.

— Papá te mataría.

Jong Woon rió, el menor disfrutó del cosquilleo de su pecho. 

— Lucharía por ti.

Ambos guardaron silencio, el menor se apartó de su hyung con un poco de dificultad para continuar el camino a casa. Tomó de nuevo la mano de Jong disfrutando su calor, aun cuando el día estaba gris el sol parecía brillar con la presencia de Jong Woon. Junto a él el frío y la soledad no existían. Le miró de reojo, era más alto que él, sus hermosos cabellos negros caían con sutileza por su cabeza, sus ojos oscuros parecían ocultar los misterios de la eternidad en ellos ¿Qué había de malo en su hyung? Apretó su mano disfrutando su compañía, de la dicha de tenerlo cada día de su vida, de amarlo y ser correspondido. 

Ya había pasado un año desde la muerte de Jungsoo, iba cada mes junto con Jong Woon a visitar la tumba como un acto de amor y evasión de ausencia; a veces el mayor se abatía frente a la tumba de una manera que le llegaba a preocupar, pero también lo veía volverse fuerte y sonreír ante la tragedia. Siempre procuraba acompañarlo, estar con él, nunca dejarle. En eso consistía el amor ¿no? Al principio había sido dificil, Jong Woon se había sumergido en una depresión de la que parecía imposible sacarlo, perder a su madre había sido un golpe bastante fuerte ¿y cómo no serlo? Pero luchaba para ayudarle, para sostenerle. Le cuidó, más que así mismo. Pasaba con él todo el día y le ayudó a recuperar las clases perdidas de la universidad buscando a sus compañeros para pedir apuntes. Todo por él. Y lo haría mil veces más si era necesario, no lo dudaría.

— ¿En qué piensas pequeño?

Ladeó su rostro encontrándose con la mirada del mayor sobre él, negó sutilmente y depositó un beso en su mejilla tomándolo por sorpresa.

— En ti—Sonrió de esa manera que lograba derretir al mayor en sus adentros.

El viento sopló de nuevo de nuevo calando entre sus huesos. El mayor reafirmó su agarre en la mano ajena y la cobijó con la otra para darle calor.

—Vamos a beber un chocolate.

Ryeowook no le discutió y le siguió con felicidad, había sido una semana de ausencia que quería suplir de manera casi desesperada.

Doce deseosWhere stories live. Discover now