Deseo VII

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"Que Jong Woon hyung no me hiera" 

El castaño encorvó su espalda sintiendo en su entrada un exquisito cosquilleo que se expandió por su columna, el aliento de su novio golpeó su mejilla y su cuerpo se encendió de manera incontrolable con aquel roce.

— Jong— Alcanzó apenas a decir con voz rota.

Su novio afirmó el agarre en su cadera y se adentró más golpeando un exquisito punto que le hizo alzar la voz. El mayor aumentó la fuerza de la embestidas haciéndole temblar, Ryeowook se removía víctima del placer, de la lujuria; clavó sus uñas en la espalda desnuda del de arriba y movió sus piernas de manera desesperada buscando alcanzar las puertas del cielo.

Jong Woon se movía de manera frenética, con las gotas de sudor brotando en su cuerpo y la locura apoderándose de su ser.  Amaba adentrarse en el cuerpo de su novio, le encantaba hallarlo necesitado de él, pidiendo más. El menor se movía con desespero, rogaba por más en cada movimiento, y le agradaba tenerlo a su merced. Sentirse su dueño.

Descendió al cuello del menor y lo besó allí, subiendo en suaves lamidas hasta alcanzar su boca callando los gemidos. Su lengua se fue intrusa explorando cada rincón, exigiendo más de lo que podía ofrecer el otro. Sudaba, su cuerpo estaba en llamas, movió sus manos por el cuerpo ajeno hasta alcanzar las nalgas del menor y lo alzó ligeramente para alcanzar un mejor punto.

El menor gimió y se abrazó a su cuerpo buscando sus labios. Correspondió con anhelo, desespero y locura a su petición silenciosa. Impulsándose y manteniendo un ritmo agradable para ambos. 

Movió una de sus manos hasta alcanzar el miembro del pequeño, este gimió y se retorció al borde, sonrió y empezó a acariciarlo de manera tortuosa. Movió sus caderas con más fuerza, pronto iba a terminar y quería hacer que el pequeño le acompañara. Detuvo sus movimientos y movió las piernas de Ryeowook poniéndolas sobre sus hombros. Golpeó de nuevo con locura, haciéndole gritar allí sobre esa cama que era testigo de su larga lista de encuentros.

— Eres mío, Ryeowook— Jadeó, antes de morder su lóbulo—. Sólo mío, de nadie más.

El menor trató de responder pero no pudo, su cuerpo exigía demasiado, estaba perdiendo el control, cosquilleaba por todo lado, iba llorar sino lograba algo más pronto. Sus ojos se llenaron de lágrimas de frustración, lo estaba torturando, su novio lo torturaba. No debió recibirle esa pastilla, era la cuarta ronda y se sentía todavía insatisfecho, pero le agradaba, eran tan exquisitas las sensaciones.

— Ah— gimoteó, su entrada ardió un poco —, Jo-Jong.

— Shh— le calló, dando un beso en su nariz—, no me hagas enojar.

Asintió jadeando, las emociones lo empezaban a envolver. Iba a llegar el momento, estaba cerca, sus piernas se debilitaban, todo a su alrededor se fundía.

1,2, 3...gimió viniéndose en el abdomen de su novio.

Su cuerpo cayó rendido sobre las cobijas mientras el líquido abrasador de Jong Woon le llenaba. El cuerpo del pelinegro se tensó sobre el suyo para después culminar a un lado de cama con respiración agitada.

Hacía demasiado calor, su cuerpo sudado temblaba por los espasmos y no podía pensar claramente, en su mente sólo cabía la idea de montar a su novio hasta venirse nuevamente. Se quedó tendido allí, con Jong Woon a su lado quien no corría mejor suerte.

Ladeó su rostro mirándole con sus párpados a medio cerrarse, Jong pasó el antebrazo por sus ojos respirando grandes bocanadas de aire, había sido demasiado esfuerzo físico, vaya que le encantaba cogerse al menor. Ryeowook sonrió débilmente, sintiéndose feliz de poder estar con él y demostrarse de esa manera su amor.

Doce deseosWhere stories live. Discover now