Capítulo Vigésimo Noveno

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Casa de Cristina

- ¿Con quién estuviste anoche, Cristina? - Juan Carlos interrogó a su hija, luego que Acacia se fuese al colegio. Cristina lo miró con incredulidad

- Soy mayor papá, creo que se te ha olvidado eso. 

- Sólo me aseguro de que mis hijas tomen buenas decisiones. 

- Porque hasta ahora hemos sido un fracaso en ese respecto.

- Nunca he pensado eso, caramelito. - Cristina suspiró y se sentó al lado de su padre. 

- Estuve con Dionisio Ferrer. 

- ¿El hermano de Heriberto? - Cristina asintió y vio como su padre se mostraba preocupado. - No sabes nada de él. 

- Sé que no me haría daño... Y eso, debe ser suficiente para ti. 

- Caramelito... - Cristina le puso un dedo en los labios de su padre para callarlo.

- Alonso me hizo mucho daño - Juan Carlos se tensó - deja que cure mis heridas, quiero hacerlo... Y Dionisio... Él puede curarme. 

- No quiero que sufras, Cristina. - Su hija sonrió y se recostó sobre el pecho de su padre. 

- Te amo papito. 

- Y yo a ti, Caramelito - Besó la frente de su hija y ella se sintió mas segura, igual como cuando era una niña y corría a sus brazos en busca de consuelo. 





Hospital 

- ¿Cómo te sientes? - Susurró Osvaldo a su hija, para no despertar a Victoria que dormía en el sofá de la habitación. 

- Mejor... Pero tengo hambre - Osvaldo rió bajito y acarició la cabellera de su hija. 

- Me alegra que estés mejor, nos asustamos mucho. - Osvaldo miró a su ex y suspiró. - ¿Estará cómoda alli?

- Creo que si... Está muy cansada. El bebé... - Fernanda se quedó callada un momento y su padre la animó a continuar. 

- No pasa nada...

- El bebé la cansa mucho... Le da muchas náuseas y come poco. - Victoria se removió pero siguió durmiendo - Papá.. Mama va a casarse. 

- ¿Eso te dijo? 

- Heriberto le pidió matrimonio. 

- ¿Y tu madre aceptó? - Fernanda asintió - ¿Qué te parece eso a ti? - Fernanda retorció sus manos y contestó con sinceridad.

- Ella quiere ser feliz con él... Yo... Lo siento papá. - Dijo sintiendo culpa. 

- No te preocupes querida. - Victoria se despertó entonces y se pasó la mano por la cara. 

- Dios mio, ¿qué hora es?... ¿Me quedé dormida por mucho tiempo? - Se levantó y se acercó a Fernanda. - ¿Cómo te sientes mi vida?

- Bien... 

- Hola Osvaldo. - Saludó Victoria y Osvaldo le sonrió con tristeza. 

- Bien,  ¿y tú, hermosa?

- Agotada... 

- Si quieres puedo quedarme esta noche con Fernanda. 

- No... No quiero separarme de Fer.

- Mamá estás horrible... Deberías descansar. 

- Le subes la autoestima a cualquiera - Fer sonrió - ¿Estás seguro, Osvaldo?

"Tu Eres Mi Elección"Where stories live. Discover now