Capitulo 20

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-Perdón.

-¿Qué?

¿Me estaba pidiendo disculpas?

-Te estoy pidiendo disculpas. La verdad es que me estuve portando como un idiota y quiero compensártelo. Nunca quise lastimarte.

Eso sí que no me lo esperaba. Se acercó y se sentó en la cama conmigo. Posó una mano sobre mi cabeza y me observó con dulzura. En dos segundos mi cara cobro color. Claramente todo se había puesto raro. Pero me sentí un poco mejor. Después de todo, había recapacitado. Puse mi mano con dificultad sobre la suya. Su mano tembló bajo la mía y respiró hondo. Se volteó y miro la puerta. Aguanté la respiración. ¿Pasó algo? Se escucharon unos pequeños pasos bajando las escaleras muy rápidamente.

-Uf...- dijo Sean quitando su mano. Se la pasó por la ropa, como si quisiera limpiarla de ambos lados. ¿Qué?

-Gracias a Dios se fue.

-¿Quién?

Sean me miro y comenzó a reír.

-No pensaste que te decía todo en serio. ¿O sí?- dijo levantándose. Por un segundo había pensado que podía ser un ser humano. No.

-Quiero que te vayas.- solté.

Se sorprendió por mi respuesta. Pero cambió su expresión de sorpresa por una de asco.

-¿Realmente creías que iba en serio? ¡JA! Sos muy graciosa Sashita.

Que infeliz. Se fue de la habitación dejándome en silencio. Me la había creído. Otra vez. Que infeliz...

Agarré el teléfono y llamé a Cloe. Necesitaba hablar con ella. Marqué su número y dio apagado. Clásico. ¿Mamá?

-Hola mamá.

-¡Hijita! ¡Qué sorpresa! ¿Te duele mucho? ¿Cómo te sentís?

-Bien no. ¿Estas cerca de casa?(casa... diaj. Esa no era mi casa)

-No corazón. ¿Por que?

-Tengo mucha hambre y no comí nada. La cosa esta en que tampoco puedo moverme.

-¿Y Sean?

-¿Qué?

-¿Él no puede cocinarte algo?

Ah sí ¡claro mamá! ¡Ya! Justo ahora voy a pedirle que me haga algo para comer a la persona que me dejo encerrada en una habitación.

-¿Por qué lo haría?

-¿Por qué no? Escuche por la puerta y parecía muy triste por lo que te estaba pasando.

Eso explicaba absolutamente todo. Sean se había puesto en el rol de "prometido perfecto y dulce" solo para que mamá no hiciera preguntas. Qué asco.

-Mamá, Sean es un idiota.

-¿Cómo vas a decir eso? ¡Es un joven muy atento! Puede que al principio parecía un poco sobresaltado por la idea de su matrimonio. ¡Pero ya ves que cambio!

Ay dios... y ahora ¿qué?

-Está bien mamá. Gracias igualmente.

-Que te mejores gordita. Si necesitas algo ¡llamame!

-Eso es lo que hice...- dije pensando en voz alta mientras cortaba la llamada. 

SASEAN.Where stories live. Discover now