Capítulo 1

10.2K 423 58
                                    

No podía creer que estaba chequeando por tercera vez en la semana al mismo animal. Un gran bulldog francés con algunas manchas negras en su pelaje se encontraba sobre la fría superficie de metal. No quise escuchar a Dinah cuando me dijo que salir algunas noches con la dueña de aquel perro no sería una buena idea. Pero claro, Lauren "la testaruda" Jauregui no quiso escuchar los consejos de su amiga, consiguiendo ser acosada por la chica de cabellos negros.

-Muy bien Britney. Creo que este amiguito no tiene nada de lo que preocuparse, sólo fue una falsa alarma.- Sonreí a la chica que no me había quitado la mirada de encima.

-Muchas gracias Lauren.- Dijo intentando coquetear un poco- Tal vez podamos salir algún día de estos.

-Me encantaría pero el trabajo aquí es agotador.- Ella asintió algo decepcionada, y yo no dejé de sonreí acompañándola a la salida- Adiós.

Cerré la puerta cuando la chica y su mascota abandonaron la consulta. Me recargué de espaldas contra esta y solté un bufido de cansancio, escuché una risa y me giré para fulminar a Dinah con la mirada. Levantó las manos en señal de inocencia tratando de contener la risa que la invadía.

-No me mires así. Te lo advertí.- Se excusó frotando su abultado vientre de seis meses.

-Lo sé. Pero es guapa y yo soy débil.- Me quejé caminando para quedar frente al mostrador y recargarme sobre éste.

-Espero no te suceda con tu nueva compañera.- Murmuró haciendo una mueca y fruncí el ceño.

-¿Qué dijiste?

-Ya sabes, tu padre a contratado a una nueva doctora veterinaria.- Se encogió de hombros restándole importancia.

Caminé con indignación decidida a enfrentar a aquel hombre que muchas veces me sacaba de quicio. Sin golpear la puerta irrumpí en su oficina cruzándome de brazos molesta.

-Hola hija, si puedes pasar no hay problema.- Dijo con ironía sacándose las gafas y olvidando los papeles que estaba revisando antes de mi visita.

-¿Has contratado a otra veterinaria?.- Pregunté sin poder creerlo- Creí haberte dejado en claro que no necesitábamos ayuda de nadie.

-No seas testaruda y acepta un poco de ayuda. Sabes que no dudo de tus capacidades pero tú y yo no estamos dando a basto para poder encargarnos de todo.- Dijo con tranquilidad.

-Esa excusa es la más absurda que me has dado jamás papá.- Bufé frustrada pasando una mano por mi cabello.

-Lo siento pero la decisión está tomada y no cambiaré de opinión.- Decretó poniéndose de pie y mirando su reloj de muñeca- No cuando está a cinco minutos de llegar.

-¡¿Qué?!.- Exclamé viéndolo como si se hubiese vuelto loco. Golpes en la puerta no lo dejaron hablar, Dinah se asomó en el interior de la oficina.

-Señor Stephan, la Doctora Cabello ya está aquí.- Anunció dándome una mirada de reojo disfrutando de mi desgracia.

-¡Que chica tan puntual! Dile que vamos en un segundo.- La rubia asintió a las palabras de mi padre- Te comportarás con ella, Lauren.

-Como tú quieras.- Dije a regañadientes saliendo de la habitación para caminar hasta la recepción.

Efectivamente, allí aguardaba una chica muy curvilínea, tanto así, que llamaría la atención de todos los hombres y chicas en un restaurante. Vestía casual, con unos vaqueros ajustados y una camiseta blanca de tiras, además de su bata que tenía en ella un prendedor que decía Doctora Cabello.

The Choice (Camren)Where stories live. Discover now