Capítulo 7

3.9K 355 30
                                    

La exquisita comida que ella había preparado, la mesa justo en su jardín bajo la luz del porche y la luna, junto a un buen vino. Esa era mi descripción de la noche perfecta en ese momento. Ella traía puesto un veraniego vestido que claramente no necesitaba un sujetador y eso a veces desviaba mi atención. Llevamos horas solamente charlando y bebiendo un poco sin detenernos. Estaba conociendo su lado expresivo y me gustaba escucharla hablar acerca de lo que amaba hacer o de su vida en el pasado.

-La mejor graduada.- Camila asintió bebiendo de su copa de vino.

-Me esforcé demasiado durante toda mi facultad. Eso era una completa guerra.- Se rió entre dientes bajando la mirada a su regazo- Supongo que dio frutos.

-Claro que sí. Por eso eres una de las mejores ¿No?.- Alcé mi copa en su dirección antes de beber- Bonita e inteligente.- Dejé escapar el comentario sin pensar.

-Gracias.- Aceptó el cumplido sonrojándose ligeramente- Stephan hizo bien.

-¿A qué te refieres?.- Fruncí el ceño.

-Digo, a pesar de ser una ególatra tienes valores. Eres una buena persona, Lauren, he conseguido descifrarlo.

-Pues......¿Gracias?.- Dije con un tanto de confusión- Hace mucho solo somos mi padre y yo, ha sido mi cable a tierra durante mucho tiempo.- Murmuré por lo bajo.

-Pues hizo un muy buen trabajo contigo.- Afirmó la morena.

Sus ojos se mantuvieron sobre los míos por largos segundos, pero antes de que éstos se convirtiesen en segundos, yo carraspee apartando la mirada y observando la mesa.

-Bueno, basta de cumplidos. Te ayudaré a limpiar.- Me puse de pie y ella me imitó.

Ambas retiramos todo lo que había sobre la mesa trasladándolo al lavaplatos en completo silencio. Cuando ella se giró para ir a por las últimas cosas su cuerpo chocó contra el mío y ambas nos paralizamos allí, sin movernos ni un solo centímetro, apenas si respirábamos. Tomando toda la valentía que tenía, llevé mi mano hasta su mejilla y la acaricié con suavidad sintiendo su piel cálida bajo la mía suave al tacto. Su respiración se aceleró frente a mi cercanía y dio un paso atrás casi por reflejo.

-¿Qué.....qué haces?.- Preguntó con la voz entrecortada.

-Quiero besarte.- Confesé mirando sus labios y luego sus ojos otra vez- De verdad quiero hacerlo. Voy a hacerlo.- Me corregí de inmediato.

Un par de segundos más y antes de que pudiese hacer cualquier otro moviendo. Ella se movió y tomó mi boca en la suya en un beso que me supo exquisito tan solo con el contacto de labios. Los suyos eran suaves y acogedores, se amoldaban a la perfección con los míos quienes no estaban dispuestos a dejarlos ir pronto. Su mano en mi cuello intensificando el beso y las mías apretando su cintura con ligereza.

-No debiste hacer eso.- Susurró cuando nos separamos ligeramente.

-Yo solo tuve la idea, técnicamente has sido tú quien ha terminado besándome.- Dije con una mueca. Ella solo se me quedó viendo sin saber que decir, pero entonces yo la besé otra vez sin darle tiempo a responder.

Ella no tardó en seguirme y en segundos estábamos retrocediendo a ciegas para estar fuera de la cocina. Sus piernas dieron con algo deteniendo nuestro caminar y me vi tendida sobre su cuerpo en el sofá con sus piernas aferradas a mi cintura y mis manos escudriñando bajo su vestido. Sus dientes dieron un mordisco a mi labio y gruñí antes de abandonar su boca en un intento desesperado por despojarla de su vestido desde la parte superior. Ella soltó un gemido cuando bese sobre sus senos descubiertos y yo lo disfruté al máximo. Estaba tan sumida en el deseo que no me di tiempo en analizar lo que sea que estaba ocurriendo, solo tenía certeza de que la quería ahí y ahora.

Al parecer ella tampoco estaba consciente de lo que estábamos haciendo o al menos no quería detenerlo. Y la verdad es que se lo agradecía. Cuando mis dedos estuvieron en su interior nada me detuvo, y ella tenía sus manos enredadas en mi cabello exigiendo que terminara con mi tarea. Para cuando la noche acababa ambas estábamos en su habitación completamente sudorosas. Podía sentir su respiración pausada sobre mi pecho y yo no quería moverme ni un solo centímetro, no quería despertarla. Me mantuve allí inmóvil y sin poder pegar un ojo en toda la noche.

¿Qué sucedió exactamente? Es decir, sé lo qué pasó pero ¿Por qué? Jamás me había preocupado tanto el tener sexo con alguna chica pero es que ahora se trataba de Camila. Si esto terminaba mal, mi padre me mataría por arruinar el trabajo con la única persona que le había agradado tanto como para traerla a trabajar con nosotros. Pero yo no había podido mantenerme alejada de ella.

...

Fruncí el ceño dando media vuelta sobre la cama. Tomé la sábana contra mi pecho y me incorporé ligeramente viendo a mi alrededor, tratando de adaptarme a la luz del día. Lauren ya yo estaba ahí pero si había una nota sobre su almohada.

'Lamento no estar para cuando despiertes, tuve una emergencia en la consulta. Te veo más tarde, vendrás conmigo para el almuerzo'

Sonreí dejándome caer de espaldas contra el colchón otra vez. La noche anterior había sido maravillosa aunque totalmente inesperada. Yo no había planeado aquello, tan solo pasó y ya. Normalmente miles de problemas y temores me abordarían en este punto, pero la verdad es que no podía negar cuanto lo había disfrutado y tampoco mis ganas de repetirlo otra vez. Lauren había logrado seducirme con el más mínimo esfuerzo y yo había caído tal y como cualquier otra lo haría. Pero este era mi momento, mi oportunidad.

-Buenos días, Maya.- Salude a la Golden acariciándola- ¿Dónde está mi móvil?.- Me pregunté buscándolo por todas partes- Aquí, estás.

Lo tomé de la isla de la cocina y comencé a revisar. Llamadas perdidas por parte de Caleb. Demonios. Apreté el aparato entre mis manos mordiendo mi labio inferior mientras me debatía en sí escuchar o no los mensajes de voz que él había dejado. Aguarde unos segundos antes de tomar una decisión terminando por oírlos.

-'Hola cariño, quizás estés ocupada, devuélveme la llamada en cuanto escuches esto ¿Sí?'.- Ese fue el primero de ellos- 'No sé qué sucede pero esperaré, llámame en cuanto puedas'.- Solo uno más- 'Solo llamo para decirte que tendré quedarme un par de semanas extras, te quiero, prometo que no será mucho tiempo'

Cuando el pitido final anunció el término de los mensajes aguarde en mi lugar esperando a que aquel insoportable sentimiento de culpa me invadiera. Pero no sucedió.

¿Una señal quizás? La verdad es que no lo sé.

***

Buenas noches a todos!
Les cuento, el primer capítulo del nuevo Lauren G!P está en mi perfil. Vayan a leerlo y déjenme saber que les parece.

¡CORRAN!

P.D: Como siempre disculpen los errores gramaticales y ortográficos.

The Choice (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora