Capítulo 5

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Y ahí estaba yo, caminando hacia la parada del autobús con dos abrigos puestos de más más el uniforme que tenía debajo de estos, me sentía inflada pero me hacía gracia, parecía el muñequito de michelín. Cuando me apoyé en el cartel de la parada del autobús me puse los auriculares observando toda la nieve de la calle y cómo el quita-nieves había dejado la carretera limpia para que pudiera pasar el autobús.


Un irreconocible olor a cuero me vino a las fosas nasales mientras Best Song Ever de 1D sonaba en el reproductor aleatorio de mi móvil. Al alzar la mirada me encontré con aquellos ojos verdes observándome con una media sonrisa, ladeé la cabeza intentando adivinar sus intenciones, pero no había nada en su rostro que me diera una pista.


-¿Qué mierdas escuchas esta vez?- Me quitó sin permiso uno de los auriculares acercándose tanto a mí para oír que creí que casi podía escuchar el tamborilear de mi corazón acelerado. –Duh, a ver si escuchas música de verdad, mudita.- Fruncí el ceño arrancándole el auricular de los dedos para empujarla y mirar a otro lado. ¿Qué problema tenía con mis gustos musicales?


Su risa sonó de fondo pero no la miré, solo vi el vaho que salía de entre mis labios y entonces, al momento, sus manos empujaron el beanie rosa que llevaba esa mañana.


-El mío te queda mejor.- Suspiré y la volví a mirar a los ojos colocándome bien beanie, sintiendo mis dedos congelados dentro de mis guantes blancos. -¿Qué?- Levanté el mentón como queriendo decir que qué quería. En un momento llegaría el autobús y tendría que irme. –Ah, joder, yo había venido por algo...


Un suspiro volvió a salir de entre mis secos labios que remojé con mi lengua. Mientras ella se rascaba la cabeza yo miraba la nieve reposada en la acera.


-¿Tienes clases?- Alcé la mirada hacia ella y asentí alzando una de mis cejas. –Vale, está bien, ¿y si te vienes conmigo durante toda la mañana? Quiero decir, no es como una cita o algo que estés pensando. Es solo que quiero enseñarte una cosa.- Yo arrugué mi ceño y negué con la cabeza terminando por quitarme los dos auriculares. –Solo será un rato, luego te traeré de vuelta.


Negué de nuevo y me aparté de ella para mirar si venía ya el autobús, pero ella entonces me cogió de la muñeca y un gesto de dolor se apoderó de mi rostro. Intenté quitar su mano de mi muñeca izquierda y supuse que entendió que me dolía, porque me soltó de inmediato.


-¿Qué tienes ahí? ¿Tienes la muñeca rota o algo?- Suspiré con unas lágrimas tratando de salir de mis ojos y volví a negar, alzando un poco los abrigos para ver la venda que cubría con disimulo toda mi muñeca. –Dejame ver...- Se acercó a mí y yo terminé empujándola. Con mi dedo índice indiqué que se marchara de ahí, pero parecía no tener intención de hacerlo. Era un incordio. –Me quedaré hasta que te vayas.


Quería gritarle que se fuera, pero la presión en mis cuerdas vocales era más fuerte, por eso apreté los labios entre sí mientras agachaba la mirada. ¿Por qué no me dejaba en paz y se iba? Quizá era que si no hablaba no me imponía lo suficiente, pero eso era algo imposible.


No sé en qué momento se fue, pero cuando llegó el autobús ella ya no estaba a mi lado. Cuando entré en este, me encontré con Ally mirándome con mirada arrepentida, señalándome que tenía un sitio a su lado, entonces me senté allí.

Aurora; CamrenOnde histórias criam vida. Descubra agora