Capítulo 41

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Lauren's POV


Estaba más que nerviosa en el coche de camino a la casa de Normani donde iban a hacer aquella pequeña celebración que básicamente consistía en comer, ver películas y jugar a algunos juegos algo tontos, pero la sorpresa iba a ser que Camila no sabía exactamente el día que venía y esperaba que le hiciese ilusión verme.


Ed iba a mi lado, conduciendo su vieja ranchera, aunque ahora tuviese más pasta que antes, me dijo que no iba a cambiar esta chatarra por nada del mundo, oye, y si se pone así, yo lo respeto completamente.


Toqué en el bolsillo de mi chaqueta de cuero la pequeña cajita que había para asegurarme de no haber olvidado el regalo para Camila, una vez llegamos a la casa de Normani y vi los globitos de todos los colores pegados en el marco de la puerta no pude evitar, no supe si de nerviosismo o de mera gracia al ver esos globos propios de una fiesta de cumpleaños de una niña de cinco años.


Al aparcar la chatarra, bajamos de ella y fuimos hacia la puerta, yo me quedé estática allí, suspirando mientras Ed me miraba algo extrañado y yo me daba cuenta de ello porque le veía de soslayo.


─¿Vas a llamar a la puerta ya o te ha dado la vena criminal y estás buscando los puntos débiles de esto para forzarla? ─ Dijo en un tono algo divertido y yo sonreí aun nerviosa.


─Joder, ya voy. ─ Alcé mi mano para tocar el timbre y el estómago me dio un vuelco. ─Oye, ¿y si venimos más tarde? ─ Dije apresuradamente dando pasos hacia atrás.


─Lauren "Cobarde" Michelle Jauregui. ─ Dijo Ed mirando al frente, esperando a que alguien abriese la puerta.


─¡Eh, yo no soy cobard-...! ─ Paré de hablar porque la puerta se abrió y la sombra de Camila pasó rápidamente entre el pelirrojo y yo, iba con la cabeza agachada y comenzó a correr calle abajo.


─¡Camila, espera! ─ Dijo Normani parándose en la puerta, nos miró, yo la miré y entonces pude ver una sombra más pequeña tras ella... Era Allyson. Tenía que ir tras Camila.


Sin decir absolutamente nada más, corrí por el camino que la morena había tomado, la veía al final de la calle que había tomado pero no bajaba el ritmo. Esta persecución me recordaba al primer día que nos vimos, con la diferencia que aquel día yo iba conduciendo el coche del hermano de Vero y ahora iba corriendo y el haber fumado durante unos años me pasó factura, pues el aire me faltaba poco a poco.


Al final, llegué a un parque y moví a cabeza en busca de algún lugar donde ella pudiese estar, caminé durante un par de minutos, estaba atardeciendo y las farolas comenzaron a encenderse. Llegué a la orilla de un estanque de patos, y allí, a lo lejos, estaba ella sentada en un banco. Me acerqué poco a poco a su posición, se encontraba cabizbaja, con unas alas azules de hada algo dobladas y, sorpresivamente, no estaba llorando, solo tenía la mirada fija en el suelo. Me senté a su lado y miré al frente, donde se veía la puesta de sol con el estanque y algunos patos por allí.

Aurora; CamrenWhere stories live. Discover now