Capítulo 17

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Juro solemnemente que si el capítulo tiene muchos comentarios, habrá un maratón pronto. <3



CAMILA'S POV


-Mamá, quiero hablar contigo de una cosa...- Dije entrando al salón donde mi madre estaba sentada con sus gafas bajadas del puente de su nariz mientras leía un libro de auto-ayuda.


-Dime, mija.- Se acomodó de nuevo las gafas y yo solo me senté en el sillón, al lado de ella. Aproveché que mi padre y mi hermanita habían ido a comprar algunas cosas que faltaban en la decoración navideña para tratar el tema.


-Quiero... Quiero cambiar de colegio. Yo... no... no me siento a gusto allí.- Miré mis manos, tocándome yo misma la yema de los dedos.


-Oh, ¿por qué? Allí está Allyson, Camila... Habéis estado juntas desde preescolar y...


-Y ahora ya no somos amigas. Estoy... sola. ¿Por favor?- Fruncí un poco mi ceja haciendo un mínimo puchero, ella me miraba a los ojos.


-¿Te siguen molestando allí?- Asentí sin decir mucho más, solo bajé un poco la mirada suspirando mientras me relamía los labios para que no estuviesen resecos. –Lo hablaré con tu padre, ¿está bien? No quiero que uno de mis tesoros más preciados sufra.


-Gracias, mamá...- Tragué saliva y al ponerme en pie, mi madre cogió mi mano, acarició mis dedos y yo la miré, ella tenía una sonrisa triste en sus labios.


-No sé qué haría sin ti, Camila. Sé que últimamente estás poniendo más de tu parte para mejorar... pero no te rindas, ¿vale, cariño? Esto solo lo puedes hacer tú.


Sonreí mirándola y asentí de forma leve, me agaché un poco dejando un beso en la mejilla de mi madre y subí a mi habitación, encontrándome al pequeño Charlie revuelto entre los cojines de mi cama, reí de forma leve y me lancé a la cama para comenzar a jugar con él.


Con mis manos lo confundía y él mordía al aire, nunca me mordía a mí, solo jugaba conmigo, hasta que una vez se quedó tumbado mirándome atentamente. Con los dedos acaricié su pronunciada frentecita y sonreí de nuevo.


-Eres muy bonito, ¿sabías?- Arrugué la nariz con un aire divertido, me sentía bien después de las palabras de mi madre, bien de verdad. –Ahora voy a pintar un poco, tú tienes que quedarte aquí, ¿vale? No quiero que te ensucies las patitas porque si no la abuela te regañará por dejar la casa llena de huellas...


Con la bata llena de pintura puesta, los cascos en mis oídos y la música a tope, me puse a hacer un boceto en el lienzo en blanco que tenía delante, había soñado una cosa y quería plasmarla, era todo muy colorido e irreal, así que me llevaría bastante tiempo terminar aquella pintura que apenas estaba empezando.



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Aurora; CamrenWhere stories live. Discover now