Capítulo Trece: A un paso.

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—¿Dónde estamos?—le pregunto a mi amigo, observando a mi alrededor, sin reconocer el lugar. Estamos en campo abierto, el Palacio rosa de Asano se vislumbra a lo lejos.

A Kayano realmente se la veía triste...¿En verdad quería matarme?Desconozco sus razones totalmente. Aún así, su afán por el arco y las flechas no han cambiado. Me alegró ver eso.

Karma niega con la cabeza, haciendo que le mire y aleje mis pensando dándome a entender que él tampoco tiene idea alguna de la respuesta a mi pregunta.

Es cierto...No puedo actuar por mi sola ahora. Meter a Akabane en el asunto de Kayano sería demasiado ruin y egoísta por mi parte, él ya tiene suficiente con lo que sea que le pasara con Rio...

—Lo mejor es que caminemos hasta llegar a algún sitio habitado. Debemos encontrar un lugar donde dormir...Que despiste. Estaba tan concentrado en salvarte que no pensé en ningún plan para después de eso...—dice, comenzando a caminar, un poco adelantado a mí.

Sus palabras me someten a uno de los sonrojos a los que estoy acostumbrada a tener. Se ha preocupado tanto por mí momentos antes...Este atrevido pelirrojo es realmente muy buena persona...

Sin embargo, cambiando de tema, no sé porqué, pero me da la sensación de que cada vez que parece que hemos encontrado algo referente a Koro-sensei, algo pasa y...Volvemos al punto de partida. Sin saber absolutamente nada.

Si seguimos de esta manera, nada bueno nos pasará. Estamos involucrados en tantos problemas...

—No parece haber ningún pueblo cerca. Okuda¿No tendrás algo por ahí que nos ayude?—dice, refiriéndose a las pociones que guardo en mi bata, las cuales han menguando en cantidad, debido a que hemos usado bastantes frascos enteros.

—La de teletransporte se terminó al ir a la plaza de ese mercado al que nos llevó Itona, por lo que no podemos movernos de aquí con esa; la única opción que queda es...—mis ojos se agrandan al comprender la realidad. La única solución posible no es la que realmente me hubiera gustado usar—...La de transformación...Pe-pero...Solo la he hecho una vez en mi vida...Y no recuerdo ni como la hice...

Murmuro esas palabras, sosteniendo el frasco en mis manos, observando el negro brebaje en su interior. Karma sonríe levemente preparado para responder, no obstante yo no le dejo, ya que aún no he terminado de hablar. Mi naturaleza sale a la luz...Supongo que mis sentimientos por él provocan que haga cualquier cosa a su favor.

—¡La usaremos!¡Toma, bebe un poco!—grito, cambiando totalmente de opinión respecto a lo anterior dicho, y entregando el recipiente a Karma. Está medio vacío, no lo he usado nunca a pesar de eso. Siempre he pensado que se evaporó con el tiempo...

Ya que cuando la hice...Fue hace cuatro años, dos semanas antes del Festival...Mientras esperaba a que mi amiga Rio volviera de Mentira...

"Mis padres se habían encerrado cada uno en su respectivo despacho en el Palacio de Verdad, eso me dió via libre para bajar al sótano y seguir experimentando. Nakamura no volvía, me estaba comenzando a descontrolar psicológicamente. Ella, al no estar en Palacio, me dejaba completamente sola, mis hermanas estaban ocupadas durante esas cuatro semanas por los preparativos del Festival, y mis padres, más de lo mismo. Nadie me hacía el menor caso, pero tampoco les culpo, tenían cosas importantes que hacer. Dejé mi peluche de pulpo en la mesa de madera(apartando el vaso con la medicina que mi padre debía tomar para su barriga, que se encontraba en mal estado)la cual en realidad era un baúl cerrado con llave donde escondía todas mis pociones. Saqué aquel arsenal de brebajes y me dispuse a experimentar.

—Haremos la mejor poción para Rio...Ella se pondrá muy contenta¿Verdad, Pulpuche?Pero ella no vuelve...Estoy triste. Quiero...Un abrazo...—murmuré, apretando con fuerza el peluche a mi cuerpo—Bien¡Hagámoslo!

Su verdad [Karma×Okuda]Where stories live. Discover now