El amor que llevo dentro (Scorbus)

Capítulo 9

Albus

--¿Estás seguro?--preguntó Sorpius, por decima vez, ante lo cual Albus rodó los ojos.

Ya solo faltaba un día para ir a casa por las vacaciones de navidad y, luego de exhaustivas cartas sobre lo bien que se portarían, a ambos le dieron permiso para que Scorpius pudiera pasar la navidad con la familia Potter. 

Éste último encontraba algo temeroso, ya que, a pesar de conocer a sus primos y hermanos, había sacado la conclusión de que, debido a su apellido y el pasado de su padre, no le caería tan bien a sus tíos. Albus, en cambio, no podía evitar pensar, a pesar de que no lo expresaba en voz alta, el hecho de que es algo casi imposible que Scorpius le cayera mal a alguien.

--Estoy seguro--le respondió.

La última clase del día era Adivinación, por lo que ambos, después de salir de Historia de Magia (una de las peores clases en opinión de ambos), salieron apresurados hacia la torre, ya que se habían demorado al guardar las cosas; a diferencia de, tal como Albus había escuchado, el tiempo de su padre, la profesora que impartía la materia se llamaba "Jekssen, Jessica", una señora anciana, de cabello canoso y grandes ojos verdes, que, a diferencia de la anterior, no era una impostora, sino que una adivina muy reconocida en el mundo mágico.

Además, ya no se enseñaba en aquel ático maloliente, sino que le habían dado a ésta un salón particular, el el segundo piso. Albus lo adoraba, para ser sincero, por que, en cada clase, las pinturas en las paredes cambiaban, dependiendo del tema que la profesora trataría en la clase. Es decir, que, si un día impartía algo con respecto a los astros y demás, encontrarían al salón plagado de estrellas, planetas y demás. Era algo bastante magnífico de ver.

--Bienvenidos--saludó la profesora, sonriendoles a todos amablemente. Aquel día, el salón se veía de un color verde extraño, demasiado oscuro, que hacia ver el lugar como un agujero negro--. Si, ¿verdad?--le preguntó a Scorpius, ocasionando que éste se sobresaltara, confuso. Albus soltó una risita--, el salón se ve curioso, de un verde oscuro que, de alguna forma, resulta negativo. Eso se debe a que el día de hoy, finalmente, comenzaremos a ver todo relacionado con las hierbas, desde sus distintas especies, a como se relacionan con la adivinación.

Posteriormente, se dedicó a dar instrucciones: primero, dijo, veríamos como podiamos "adivinar" (termino que, según ella, era mundano y no explicaba lo que la adivinación hacía ni de lejos, pero, aun así, era mas sencillo de utilizar) con ellas, por lo que cada uno tomó una rama/pedazo de las hierbas expuestas en el escritorio, escogiendo la que más les llamaba la atención. Algo así, dijo, como la lectura de cartas, aunque Albus no entendió a que se refería. Luego, les hizo remojarlo en la infusión de Avenis que había al fondo del salón, en un barril, dejarlo sobre un pergamino y presentarselo.

Explico, también, como es que aquello se leía y demás, llamándolos uno por uno.

Albus y Scorpius esperaron, ansiosos, hasta el momento en que se pusieron al frente de la fila y la profesora, sonriendo, le dijo a Scorpius que pase primero. Pareció curiosa ni bien vio la hoja, que Scorpius tomó después de muchos momentos de duda, y, de un momento a otro, levanto sus ojos verdes hacia Albus y frunció el ceño.

--Ven--llamó, alzando la mano hacia el.

Albus lo hizo, asustado y confuso, mientras Scorpius alzaba ambas cejas. Estaba seguro de que, antes, no había llamado a dos alumnos a la vez en ningún momento.

--¿Sí?

--Enseñame tu hoja--Albus, algo ceñudo, lo hizo.

La mujer las examinó un largo rato, tomándolas de distinto ángulos, antes de depositarlas sobre el escritorio, suspirando.

"--Como lo suponía, éstas hojas son iguales--dijo, reclinándose sobre su asiento y mirandolos con suma curiosidad. "

--¿Y eso que significa?--Albus preguntó, con el corazón latiendo rápidamente. Scorpius lo miró.

--Bueno, en el mundo de la adivinación nada es certero: podría tratarse de una simple coincidencia, ya que su ojo interno se ve negado a dejarse leer o bloqueado de alguna forma, podría ser que comparten una conexión especial, por lo cual, su subconsciente, sabiendo previamente lo que el otro escogería, han tomado la misma; aunque, también, muchos hablan de algo más espiritual...y, ya saben, romántico--se oyeron diversas risitas a lo largo del aula, ocasionando un sonrojo en ambos chicos.

--¿Qué?--Scorpius preguntó--, ¿A qué se refiere?

La profesora sonrió de lado--A las almas gemelas, a eso me refiero.