Motivación

1.7K 311 71
                                    


Estaba preocupado. Viktor me había dicho que no podía involucrarme más en su desaparición, y también me había dicho que tuviera cuidado con un hombre de cabello rojo y ojos grises, que era peligroso y no quería que corriese peligro por su culpa. Tal vez descubrió a la persona que lo había secuestrado o peor. No quise pensar más en el asunto. Quizás Viktor ya sabía lo que había sucedido con él, y con lo que había encontrado en sus maletas.

Según las noticias, las habían encontrado cerca del río Sena, en el basurero de una calle poco concurrida. Había pasado por esa calle, debido a que se encontraban algunos pocos locales donde realizaban artesanías hechas a mano.

Toda la calle permanecía cerrada, incluidos los locales de artesanías. El guía turístico rodeo la calle, encaminándonos a otros locales. Había tanto que ver y en tan poco tiempo.

Si estuviera nervioso, seguramente estaría entrenando hasta tarde. Después de las compras, Minako- sensei y yo decidimos comer en un restaurante francés muy elegante. La comida era deliciosa, y la plática con Minako –sensei era divertida.

Faltaban un día para que compitiera en el segundo circuito. Yo quería continuar practicando, pero Minako-sensei me recomendó que disfrutáramos del paseo por París. Eso me relajó bastante, de modo que ahora estábamos caminando por el borde del río Sena, yendo hacia el parque. Había muchos parques bordeando el Sena. Eran grandes y con espacios abiertos, llenos de verdor. Era como estar en una parte del bosque. Sólo los vimos por fuera, mientras nos dirigíamos a la torre Eiffel. El atardecer era hermoso, el cambio de los colores en el cielo, la brisa fresca, y los últimos rayos de sol. Era una estampa maravillosa. Agarré mi cámara y tomé una fotografía instantánea. Minako-sensei había volteado y había hecho un paso de ballet. Era una linda fotografía.

Continuamos caminando hacia la torre, en verdad era enorme y hermosa. Sin duda una grandiosa muestra de arquitectura y arte.

— ¡La torre Eiffel! – dijo Minako, emocionada como una niña cuando ve a su artista favorito. Sus ojos se iluminaron y sonreía de oreja a oreja. Sonreí al verla así, me alegraba tenerla aquí, se estaba divirtiendo en grande.

Después de que su novio la dejara en el altar, siempre iba a las aguas termales a beber y desahogarse. Mi madre siempre le hacía compañía y la consolaba. Era muy triste ver como bebía hasta la embriaguez y se quedaba dormida en la mesa. Mis padres la arropaban y la llevaban a una habitación disponible, para que durmiese. No tenían corazón para echarla, así que la acogíamos en casa cuando estaba deprimida. Marie-nechan siempre la invitaba a ir de compras al centro comercial para levantarle el ánimo o hacer pijamadas, lo que surgiera para que Minako-sensei olvidara lo que había pasado. Poco a poco lo estaba olvidando y volvía a ser la misma de siempre. Sonreía con más frecuencia y bromeaba conmigo de todo. Eso me aliviaba enormemente.

Nos tomamos muchas fotografías cuando estuvimos frente a la torre Eiffel. Reíamos como niños haciendo muchas travesuras y divirtiéndonos corriendo por el lugar.

Después de corretear por el jardín que daba a la torre Eiffel, subimos a ésta mediante un elevador. La vista era realmente hermosa. Podías ver el río Sena, el museo, la biblioteca y los innumerables edificios parisinos, brillando a la par que el cielo estrellado. Era maravilloso.

Llegamos hasta arriba, admirando la vista panorámica. Me dirigí al barandal, mirando toda la ciudad. Ojalá Viktor estuviera conmigo, me gustaría saber qué es lo que había averiguado. Cuando Viktor me dijo que no recordaba absolutamente de lo que le sucedió, me sentí muy mal por él. Estaba asustado y no podía ayudarle. Eso me hacía sentir impotente. Viktor era una buena persona, no se merecía lo que le estaba pasando.

Missing [En Edición] (Completa) Where stories live. Discover now