Missing [En Edición] (Completa)

Allen Prescott. Una muerte anunciada

Mi primera salida con Cristopher después de dos años se convirtió en un anuncio de mi muerte.

Sucedió una semana antes del Grand Prix Final de San Petersburgo, antes de conocer a Yuri y de que Viktor pasara tiempo con él.

Era sábado por la mañana. Scott se había ido a trabajar y Yerik se encontraba solo en la pista de patinaje, puesto que quería perfeccionar su programa libre.

—Allen, ¿quisieras tener una cita conmigo en la cafetería terminando la práctica? – me preguntó, sonriéndome como acostumbraba. Pude notar que su sonrisa ocultaba algo.

—Lo siento, hoy tengo que hacer un proyecto escolar en casa de uno de mis amigos – respondí, incómodo. Cristopher me tomó del brazo, haciendo un poco de presión en él. Intenté alejarlo, pero eso solo empeoraría mi situación

—No volveré a repetirlo, Allen, tendremos una cita en la cafetería después de la práctica – me dijo con voz seria. No lo estaba sugiriendo, lo estaba afirmando. Yo sólo pude asentir, para dejarlo tranquilo. Pero si cree que iré solo, está muy equivocado. Esperé a que Cristopher se alejara, así que me levanté y me acerqué a Yerik, quien bebía agua.

—Yerik, ¿me prestarías tu celular? – pedí, acercándome al mayor – Al mío se le acabo la pila y necesito mandarle a Scott un mensaje – me dio su celular, mientras le escribía un mensaje. Lo envíe. Cuando terminó la práctica, Scott entraba por la puerta a la pista de hielo, con una carpeta bajo el brazo derecho, algo voluminosa.

—Scott, vaya sorpresa, Allen ya terminó de practicar, puedes ir a verlo – dijo Yerik de inmediato, mientras salía de la pista

—Sorprendentemente no estoy aquí por Allen, sino por tu mensaje – dijo mi hermano, mostrándole a Yerik el mensaje que yo le había enviado momentos antes

<< Te debo una disculpa por el golpe. Cita. Café. A las 6. Atte: Yerik >>

Está demás decir que Yerik se había puesto colorado y sorpresivamente mudo. Yo estaba esperando a Yerik en mi casillero, mientras leía el libro de patrones aparentes sin orden. Estaba en el penúltimo capítulo, un capítulo más y podría ayudar a Scottish. De manera indirecta, por supuesto. Guardé el libro en mi casillero y vi entrar a Yerik, sumamente sonrojado e impresionado. Preferí alejarme antes de que comenzara a reclamarme porque había enviado el mensaje. Le había hecho un favor

—Allen, me da gusto que tu practica terminara, justo estaba esperándote – me dijo Cristopher, tomándome por los hombros, para evitar que huyera, mientras le sonreía a Scott

—Cristopher, no estaremos solos en la cafetería, Scott y Yerik también irán – declaré, viendo que Scott se nos acercaba, mientras me separaba de Cristopher.

—Allen, iré por un café con Yerik, ¿pido un capuchino para ti o un moka? – pregunto mi hermano, siempre atento

—Cristopher también vendrá, ¿verdad?

—Sí, justamente le decía a Allen que me gustaría un café expresso, ya sabes cómo es el trabajo, siempre ajetreado – había respondido Cristopher, fingiendo sonreír. Pude advertir su mirada llena de odio cuando miraba a Scott, eso me hizo sospechar sobre su persona

—Sí, lo imagino, ¿traes el trabajo a todas partes? – pregunto Cristopher, mirando la carpeta que Scott sostenía.

—Algunas cosas para archivar y leer, nada serio – respondió Scott, sin mucho ánimo