Bebé

1.9K 121 9
                                    

Lo que  le había dicho, explicaba mucho sobre el hombre en que Minho se había convertido y por qué era tan duro para él aceptar cualquier semblanza de amor, si los primeros dieciocho años de su vida le habían enseñado algo, era que no podía depender de lo que otros llamaban amor pero el cuál, él mismo no había conocido. Como había dicho, no se había engañado a sí mismo con bonitas historias de que su madre lo había amado cuando sus acciones habían dejado claro de que a ella no sólo no le había importado, sino que deliberadamente lo había dejado para morir, ni había recibido algún afecto real de los asistentes sociales del hospital de caridad. Los niños aprendían temprano; para el momento en que había sido colocado en un orfanato, ya había sabido que no podía confiar en que nadie se ocupara de él, por lo que se había aislado dentro de sí mismo como la única certeza en su vida, no había dependido de nadie excepto de sí mismo para cualquier cosa. 

Era una lección que había sido reforzada en su infancia, desviada de un hogar adoptivo a otro, encontrándose con abuso en algunos de ellos y no adaptándose a ninguno de ellos. ¿Dónde aprendía de amor? La simple, desgarradora respuesta era que no lo había recibido, él había tenido que alzarse sobre más que simple pobreza, había necesitado escalar una total falta del más simple afecto humano. Cuando pensó en lo que él había logrado con su vida, quedó impresionado por su inmensa fuerza de voluntad ¿Cuán duro había tenido que trabajar para terminar la universidad, para ganar no solo un título de ingeniería sino para terminar tan alto en su clase que había tenido trabajos para elegir, y desde allí continuar para formar su propia compañía?

Después de la demoledora narración de su infancia, ambos habían estado emocionalmente incapaces de explorar más profundamente, por mutuo consentimiento se habían levantado y experimentado los movimientos de un día normal, a pesar de que no lo era, las pasadas veinticuatro horas habían cobrado su tarifa en ambos, y se habían retraído dentro de largos períodos de silencio, enfatizados solo por asuntos de todos los días como que tomarían para el almuerzo.

Minho estaba allí, no mostraba señales de irse; Key tomó eso como un signo de esperanza y no empacó, ahora mismo, todo lo que pedía era su presencia.

Caía la tarde sobre aquel día empapado de lluvia cuando Minho dijo de plano, "Nunca contestaste realmente mi pregunta esta mañana. ¿Podemos continuar como lo hacíamos antes?"

Key lo miró y vio que a pesar de que la tensión nerviosa era todavía visible en su rostro, él parecía haber hecho las paces. Kibum no estaba muy seguro de su propia reacción, pero preferiría soportar la tensión él mismo antes que arriesgarse a desalentarlo ahora de golpe cuando eso podía ser suficiente para alejarlo otra vez.

Se sentó frente a él, tratando de situar sus pensamientos, finalmente dijo, "Por mí, nada me gustaría más, casi me mató perderte, y no estoy muy seguro de poder pasar por eso otra vez, pero no puedo simplemente pensar en mí mismo, no podemos solo pensar en nuestra propia comodidad ¿Qué ocurre con el bebé? Al principio, nada le importará salvo nosotros, pero asumiendo que permanezcamos juntos durante años, ¿Qué sucederá cuando empiece el colegio y descubra que otros papis están casados? Esto es Seúl, no Hollywood, y a pesar de que nadie frunce el ceño ante una pareja viviendo junta, las circunstancias cambian cuando un bebé está involucrado."

Minho bajó la mirada hacia sus manos y dijo muy cuidadosamente, "¿En qué cambia si te mudas? Sus padres aún no estarán casados, pero tú estarás tratando de criarlo solo. ¿Se supone que eso es mejor para él? No se que clase de padre seré, pero creo que seré mejor que nada."

DecisionesWhere stories live. Discover now