13. Secuestro artístico

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Tal vez estaba actuando raro, pero no podía evitarlo después de regresar el Alprazolam a su vida. La magnitud de todos sus problemas se habían reducido a miserias y sus únicas preocupaciones seguían siendo la escuela, convivir con Nash y surtir la despensa de Matty.

Después de dos días regresó a la facultad. La tía Alice enloqueció al darse cuenta de lo que estaba haciendo, porque la matrícula era costosa, dijo que no necesitaba tomar tantas precauciones ridículas. Solo redujo sus salidas de casa. Evitaba estar fuera a altas horas de la noche, asistía a la escuela y regresaba antes de que oscureciera.

Ahora pasaba las tardes pintando, porque su compañero de apartamento podía dormir por días enteros. Habían estado teniendo maratones de series hasta las cuatro am. Le admiraba su capacidad de dormir menos de cinco horas y estar activo, aunque bueno, él también solía tomar siestas por las tardes.

Soltó un silbido después de ver la creación en el bastidor. Imitó una fotografía que robó del muro de Nash. Literalmente, solo cogió su foto favorita sin avisar. Había más de cien, así que creyó que no habría problema mientras no lo notara; sí iba a regresarla... por supuesto.

Comparó el óleo con la foto. Era la representación de una delgada cintura y dos piernas, no se notaba nada extraño porque llevaba una falda de vaporosos holanes de encaje con capas de tul. Era muy... artístico, las tonalidades tan claras y opacas provocaban que no pudiera dejar de verlo.

Después fue a la cocina a comer algo, no porque tuviera hambre, sino porque no tenía nada más que hacer y, bueno, una vez a la semana no hacía daño acabar con el helado que Nash había dejado en el congelador, aunque fuera libre de lactosa. El bote de chocolate con leche de almendras se veía relativamente atractivo; lo notó desde la última vez que surtió la despensa, porque eso señalaba la lista de compras que sus compañeros hacían y él debía surtir al pie de la letra.

Fue a ver la televisión con una taza de helado y su teléfono móvil, llevaba como dos horas mensajeándose con Aaron. Al parecer, el tipo se entretenía enviándole memes, de los cuales la mayoría había visto, uhm, hace dos años, pero intentaba reírse cuando buscaba en su galería alguna imagen para responder.

Aaron envió la foto de un pene dentro de un pan de hotdog, lo que no tenía nada de divertido, a menos que fuera el de él pero respondió buscando otra cosa parecida, alejándose de las imágenes que eran graciosas durante dos semanas y después perdían su magia al ser sobreexplotadas.

Cambió el canal cuando su amigo dejó de responder, diciendo que llevaría a su madre a algún lado o algo así, no estuvo seguro porque solamente había respondido con un: nvd y para él, eso podía ser nos vemos después o una similitud, no era un experto en el idioma cibernético.

No había nada interesante que ver, así que se rindió después de pasar por todos los canales. No quería ver películas de vaqueros, ni reality shows ¿a quién le importaba la vida de Kim Kardashian? La mujer del clima era aburrida, solamente era una chica de escote promitente y vestidos cortos señalando regiones en las que nunca había estado; la cortó cuando estaba a punto de explicar sobre el frente frío, él ya era consciente de que la temperatura estaba bajando muchísimo, no necesitaba que se lo repitiera una tetona de dentadura brillante.

Soltó un suspiro y regresó por sus herramientas de arte, decidido a imitar otra fotografía. Sacaría la inspiración de todas las cosas femeninas que Nash tenía. Pensó en una específica, no recordaba todos los detalles, pero sí visualizaba al chico cubierto con tela transparente en tonos pasteles, podía ver sus ojos, podía notar su semblante sumiso y sus labios rosados. Por dios, eso se veía precioso en su mente. ¿Por qué le gustaban las fotos pornográficas? Iba a ocasionar graves problemas a futuro si lo añadía a sus fantasías durante la ducha.

SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora