seis

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Ella había dejado ya la habitación después de su desprevenido dolores de cabeza, esta vez iba a consultar con su madre haber que le decía. Su madre se encontraba pasando por el pasillo, así que aprovecho ese momento para hablar con ella sobre sus dolores.

—Madre, no me he sentido muy bien desde aquel día.—ella se recuesta de su hombro buscando apoyo para no dejarse caer.—¿Qué hago? No puedo soportar más esto.—todos estos dolores se sentían diferentes a lo que ella usual le daban antes.

—¿Qué has tomado todo estos días? Tomaste el medicamento adecuado, no sé porque todavía te sientes así.—su madre dice haciendo resaltar a Seung Hee.

Las pastillas.

Tal vez, debería de haber leído las advertencias antes de haberlas tomado.
Seung Hee está dispuesta a volver otra vez a su habitación para buscar el causante de estos dólares, pero el brazo de su madre le impide.

—Si no es mucha molestia, ¿Podrías ir al supermercado a comprar una salsa de soya?—su madre le suplica haciéndole el favor de hacerlo, ella la miro agobiada para después asentir, antes de comenzar una pelea.

Seung Hee fue directo a su habitación mirando por todas parte esas pastillas, que le habían hecho daño según como ella pensaba. Después de haberla encontrado las volteo para ver sus advertencia en la caja.

El consumo de pastillas puede provocar molestias, si no la aplica con cuidado.

Todo estos días la había tomado con mucho cuidado, siempre había tomado de una cada día, eso es normal decía ella. Pero estaba equivocaba todas las pastillas que había tomado estos días, habían sido por mucha cantidad y días seguidos en lo que estaba prohibido. Pero eso Seung Hee no lo sabía y no lo iba a saber por ser muy obsesionada a ellas.

Ella había recordado el mandato de su madre, prefirió ir ahora mismo para no tener ningún inconveniente con su madre, dejó las pastillas en el bote de basura pequeño para después salir de su casa.

El mini supermercado por suerte estaba en una doblada de su casa, por eso no había caminado mucho desde su casa hasta aquí. Lo primero que hizo Seung Hee fue buscar la salsa en soya y escogió la primera que vio. Ella tenía deseo de comprar más cosas pero con el dinero que su madre le dio no le alcanzó para comprar sus dulces preferidos. Seung Hee se dirigió hacia la caja para dejar la salsa de soya en esta.

—¡Buenas Tardes!—la voz del chico le hizo que bajara de las nubes.

Seung Hee hizo una pequeña reverencia para responderle al chico que lo había saludado. Pero ella no pudo emitir ninguna palabra tras ver a quién tenía en frente suyo.

—¡Príncipe Jeon!—soltó de repente Seung Hee sorprendida, este chico realmente se parece a Jungkook idénticos, la única diferencia era la forma del cabello

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—¡Príncipe Jeon!—soltó de repente Seung Hee sorprendida, este chico realmente se parece a Jungkook idénticos, la única diferencia era la forma del cabello. Este chico lo tenía con rulos mientras el príncipe lo tenía hacia un lado y lacio, pero todo lo demás lo tenía exacto como el, sus labios eran rosados con ese brillo en ellos, que de ahí le habían besado. Sus ojos eran del mismo color que el príncipe, su nariz, y lo mismo dientes que eran muy reconocidos por su forma lo tenía el. El chico del mostrador solo la veía confundido y queriendo una explicación.

—¿Príncipe? Que yo sepa no soy ningún príncipe, pero si me permite puedo ser el tuyo.—el cajero le guiñó un ojo tras dejar una sonrisa para continuar con la compra.

—P-pero..—Seung Hee quería pronunciar unas palabras pero de su boca no le salía.

—Disfrute de su compra.—el chico le pasó la funda con su salsa de soya.

REALITY | jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora