ocho

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Jungkook me había tomado mi mano con delicadeza para haberme llevado hacia el medio del salón. Todas las luces se habían apagado nuevamente, las luces nos enfocaban y me hacía incomodar un poco. No estaba acostumbrada a tantas atenciones juntas y eso era lo justo que estaba pasando ahora, todos mantenían sus miradas en nosotros esperando por el anuncio de Jungkook. El padre de Jungkook estaba al frente de nosotros con sus brazos cruzados y una sonrisa de lado, olviden con lo que había dicho que entre Jungkook y su padre se parecen, eran totalmente diferentes en personalidades. Dirigí mi mirada hacia Jungkook pero me avergüenzo cuando veo que me está mirando fijo, esto me incomoda un poco. Jungkook tiene una copa de champagne en la mano derecha mientras con la izquierda tiene su mano sujeta con la mía, dejó de mirarme para enfocar su vista al frente a todos sus espectadores.

—El día de hoy se celebra el día matrimonial entre mis padres, su matrimonio ha sido duradero y me siento orgulloso ante eso. El amor entre dos amantes es lo más fuerte que hay, ese sentimiento que sientes cuando estás con ella cambia todo. Haces todo por esa persona, aún que te tenga que dañar a ti mismo, cuando sientes que quieres estar con esa persona por siempre y después de la otra vida. El día de hoy les anuncio ante todo mi pueblo a su nueva princesa, mi prometida Seung Hee.

¿Prometida? Mis ojos se abrieron en par, lo miro sorprendida ante su anuncio muy inesperado por mi parte. No puedo ser su prometida, esto no está bien.

Jungkook la miró dando una de sus preciadas sonrisas que enamora a Seung Hee. Ella también lo miró pero sus ojos ya no tenían el mismo tono de alegría de un rato, él lo notó por lo tanto comenzó a pasar sus dedos por su manos en una suave caricia, Jungkook le está dando de su apoyo. Los aplausos no cesaban aumentaban cada vez al igual que los silbidos, su pueblo estaba feliz ante esa inesperada noticia. El rey tenía una sonrisa de a lado viendo todo el espectáculo, con sus brazos cruzados riéndose en su interior. De un momento el había desaparecido sin qué nadie lo notara, solamente ella.

La misma puerta roja en donde Seung Hee entraba todos los días a su precisado mundo, lentamente se estaba destruyendo dejando unas partes rotas en la hermosa puerta en donde la dejaba entrar en un paraíso. Se estaba matando ella misma dentro de ella, y ella no lo sabía.

Jungkook dejó de pasar sus dedos en las manos de Seung Hee, para bajarlas hacia su pantalón que de ahí sacó un anillo brillante. El anillo tenía un resplandor muy brillante. Todo el pueblo se mantenía fijando en sus acciones, este iba hacer las últimas noticias en en todo el lugar. Seung Hee miró hacia atrás donde se encuentra Hoseok. Ella le pedía ayuda con sus expresiones, pero él solo desvió la mirada. El se lo había advertido y ella no había hecho caso, y eso no era lo único que le esperaba.

Jungkook agarró muy fuerte el anillo en sus manos, agarró la mano derecha de Seung Hee antes de agacharse. Jungkook la miraba desde abajo con su sonrisa, él la ama desde hace mucho y ahora que la tenía enfrente suyo tenía que aprovechar la oportunidad, todo esto era gracias a su Padre, sin él todo esto no sucedería.

—Recuérdalo siempre, te amo.—Jungkook pronunció esas palabras haciendo capturar todos los corazones de las personas. Esas palabras eran muy difícil para Jungkook decir hasta que la conoció.

Jungkook posicionó el anillo en su dedo anular lentamente, el anillo le quedaba perfectamente, era como si fueran destinados. La cara de Seung Hee cambió de color, no antes tales palabras, su cuerpo no le estaba ayudando.

Seung Hee comenzó a sentir unos mareos de repente, ella se apoyo del hombro de Jungkook. Ella cayó hacia él, pero él la agarró antes de caer. Él le preguntaba repetidas veces si se encontraba bien pero ella no respondía, él se preocupo ante eso. Jungkook la agarro por las piernas para levantarla, él decidió salir del lugar para llevarla un sitio apropiada para ella ahora.

Todos los presentes murmuraban sobre lo que está pasando, están susurrandose entre ellos, en vez de ayudarlos en esta situación.





Pasaba la pajilla de mi jugo repetidas veces, SeokJin solo me miraba recostado de su mano en la mesa. Estamos en su sitio de trabajo, en que consistía en una cafetería. Le había pedido que este conmigo por unas horas. Y en esos estamos, yo sentada con mi mirada en el jugo sin sabor que me habían llevado y, SeokJin mirándome preocupado. Mi mente estaba todavía en otra cosa, en ese mundo. ¿Por qué todo se sentía tan real? ¿Por qué todo esto estaba sucediendo?

Agarro mi bolso y lo abro, de ahí me encuentro con todas mis pertenencias y saco lo más importante de ahí. El anillo todavía lo tenía y no sé como había llegado hasta aquí, me había levantado con el anillo en mi dedo anular. Lleve el anillo hacia la mesa. SeokJin se sorprendió ante lo que tenía en mi mano, se puso de postura firme mirándome fijo. Esperando una declaración, por qué tenía un anillo de compromiso en mis manos.

—Seokjin, ¿crees en el diablo?—Pregunto sin despegar mi mirada ante el objeto que tengo.

—No, ¿por qué lo dices?

—Creo que vi el mismo diablo con mis propios ojos.—Lo miro a sus ojos con tristeza.

REALITY | jeon jungkookOù les histoires vivent. Découvrez maintenant