nueve

3K 363 21
                                    

Mis ojos se comenzaron a aguar, no aguantaba todo esto, estaba cansada con todo lo que me sucedía. SeokJin me miraba preocupado, sabía que él se preocupaba por mi salud física y mental, tenía que contarle todo lo que me sucedía. Bajé mi mirada para ver hacia mi bolso entre mis piernas, quiero expresar todo lo que siento, hablar de todo lo que está sucediendo. Rompí en llantos, inmediatamente SeokJin se levanta rápidamente a mi. Sus brazos me rodearon todo mi pequeño cuerpo, lloraba entre sus brazos, me desahoga con mis acciones. Tengo miedo, mucho miedo. Lentamente me quebraba al igual como mis lágrimas, lentamente y dolorosamente. SeokJin pasaba sus delicadas manos por mis espalda, dándome apoyo.

Todos los presentes del restaurante se fijaban entre nosotros, no era normal encontrar dos jóvenes llorando en un restaurante, tal vez pensaban que estamos en una relación y alguien cometió un error, un error que los quebró a ambos y ya no podrán ser los mismo, que ya no tendrán las misma miradas que se daban antes, las caricias que compartían, y los besos con mucha pasión que expresaban para declarar su amor. Pero no nos importaba todas las miradas que recibíamos, solo era un mundo entre él y yo, un mundo donde si quiero estar.


Las gotas de lluvia caían fuertemente hacia el piso de la calle, las nubes habían cambiado a un color grisáceo. Las personas corrían hacia un lugar seco, personas con sus manos alzadas arriba de su cabeza corriendo y otros en parejas corriendo de manos a un lugar salvo, donde los dos se puedan estar cómodos. Caminaba lentamente hacia mi destino, estaba dispuesta a llegar a mi casa. SeokJin me había ofrecido llevarme pero me había negado a su petición, no quería incomodarlo. Lentamente mi mirada se fija en un supermercado, el supermercado que mi madre me había mandado para comprar su salsa de soya, en donde lo vi nuevamente este mundo. Estaba dispuesta a buscarlo, quería saber quién era. Caminé hacia el supermercado, las puertas se abrieron automáticamente ante mi presencia, para después un timbre sonar. Estaba empapada completa, había mojado toda la entrada, iba a avanzar pero un hombre de edad avanzada se me acerca impidiendo el paso.

—Lo siento jovencita, pero ya estamos cerrando.—informa, mirándome desde arriba hasta abajo, al parecer no le agradaba como venía mojando toda la entrada.

—Vengo a buscar a alguien que trabaja aquí, un joven en sus 20's con cabellos rulosos, ojos oscuros, piel blanca con dientes de conejo.-le informo, pero no obtengo ninguna respuesta solo una mirada de confusión.

—Disculpa pero no tenemos ningún trabajador con esos detalles, aparte no aceptamos jóvenes menos de sus 30's.—el señor le comenta para después irse por el camino que había llegado.

Muchas preguntas rondaron en mi cabeza, sé que lo había visto con mis propios ojos, sé que él es real y que lo vi en persona, pero al parecer me jugo una jugada muy buena en donde yo perdí. Miro hacia todo el lugar del supermercado buscando un rostro desconocido, pero no encontré a nadie. Abro las puertas nuevamente del lugar y salgo de ahí, ¿donde lo podré encontrar de nuevo? No creo en el destino pero si el destino nos permite vernos de nuevo nos unirá. Las horas pasaron rápidos, el cielo había oscurecido y no se encontraba ninguna alma humana. Decidí dirigirme hacia mi casa, estaba cerca así que no me había preocupado por la hora.

Me detuve en la acera, el semáforo estaba en un solo color, el color amarillo encendía y se apagaba sucesivamente, no entendía si debía de cruzar o no. Vi a todos mis lados y solo vi una luz acercándose, un carro se acercaba entendía. Mire hacia adelante pero me sorprendí cuando vi un chico sentando como indio en medio de la calle, esa cabellera se me hacía conocida. Le grité de que se moviera para que no cause un problema, pero él tenía sus ojos cerrados y ignoraba mis gritos mientras el auto se acercaba. Maldecía en mi interior, por mi mente llegaban acciones que nunca pensaba hacer pero tendría que hacerlo.

Avancé hacia él, pero no notó mi presencia. Lo movía intentando levantarlo pero no hacia ningún movimiento, tenía miedo el auto se acercaba más y yo estaba en medio de la calle con un chico sentado sin hacer nada. Solo cerré los ojos esperando el impacto, pero unos brazos me agarraron por los hombros y me voltearon hacia el piso. El estaba encima mío, el auto tocaba su bocina notando nuestra presencia. Pero él no hizo nada solo me mirada con sus ojos oscuros, lo reconocí. El auto nos paso por encima, como si nadie había estado ahí. El auto avanzaba normalmente por su camino, mientras nosotros no nos habíamos movido del nuestro. Lo que sucedió me tenia sorprendida, un auto nos acaba de traspasar por encima y no nos sucedió nada. El notó mi facción y solo me dio una sonrisa más su ayuda para levantarme, accedí hacía ella. El estaba de enfrente mío nuevamente, lo había encontrado.

—Eres tú de nuevo, la chica de la salsa de soya.—su mano pasa por su cabeza.

—Nuevamente te veo, Jungkook.—le sonrío, había algo en él en que era diferente al príncipe, su aura se sentía diferente y agradable.

—¿Cómo sabes mi nombre?—él cambió de expresión, mirándome confuso.

—¿Cómo sabes mi nombre?—él cambió de expresión, mirándome confuso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
REALITY | jeon jungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora