Capítulo 8

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    ( narra primero Annabeth y después Percy )

                      
           Te enseñare a jugar

Salí de Central Park, aun sentía culpa en mi interior, todo lo que había sucedido era mi culpa, por hacer ese estupido juego de seducción para vengarme de alguien que no me importaba en lo mas mínimo, fui una tonta, me odiaba por eso, pero ya no había marcha atrás, el error ya lo había cometido y no había remedió, solo debía detenerme, detener lo que me llevaría a un callejón sin salida, a veces odiaba ser tan arrogante y soberbia pero no podía quejarme cuando eso me ayudaba a hacer lo que yo quería, lograr mis objetivos, siempre obtenía lo que quería, defendía mis ideales, pero esta vez me había equivocado, estaba varada en un fango del que no podía y no quería salir, esto empezaba a ser tóxico, supongo que lo prohibido es mas emocionante o al menos lo era hasta antes de terminar con Jake, ahora era libre de hacer lo que quería, no podía permitirme tener errores, ahora mas que nunca debía ser fría y calculadora, después de todo lo había aprendido de la maestra de la frialdad, de Atenea Chase, mi madre, de mi hermano y yo, la que mas se parecía a ella era yo, mi madre siempre se mostraba frívola y calculadora ante todo,  por lo mismo era una mujer exitosa, únicamente no mostraba su postura fría ante mi padre, hermano, algunas amistades cercanas y a mí, estaba sumergida en mís pensamientos hasta que la voz de Quintus me saco de mi ensoñación.

- ¿Annabeth te encuentras bien?- dijo mirándome por el espejo del retrovisor, tenia el ceño fruncido.

- si, descuida Quintus estoy bien.

- ¿a donde te llevo Annie?- dijo, él siempre me daba consejos y tenia una buena relación conmigo desde que empezó a trabajar con mi familia, anteriormente estaba al servicio de mi padre como su chofer y escolta, ahora mi padre lo había asignado como mi chofer y escolta, era un hombre muy sabio, era mi cómplice.

- al Starbucks, necesitó algo de cafeína.

- deberías dejar de ingerir tanto café, empezaras a sufrir crisis nerviosas.- dijo bromeando, reí, sus palabras habían aligerado un poco mi tensión.

- lo consideraré.- le seguí el juego, un par de minutos mas tarde ya estábamos en el estacionamiento del Starbucks, un increíble Maserati negro estaba aparcado al lado, baje del auto y me dirigí a la entrada, realmente fue mala idea venir al Starbucks, Percy estaba de pie frente a la barra, se veía muy guapo, con su traje negro italiano, se ajustaba muy bien a su musculoso cuerpo, su cabello azabache caía despeinadamente en ambos lados de su rostro, él era tan sexy y hermoso, definitivamente debía controlar mis hormonas, no me permitían pensar claro, me disponía a marcharme para no tener que arrastrarlo al cuarto de servicio, cuando iba a darme la vuelta para huir del lugar, él volvio el rostro y nuestras miradas se conectaron, mi respiración se aceleró, su mirada era tan intensa, podía sentir la electricidad recorrer cada parte de mi cuerpo, entonces esbozo una tan jodidamente sexy sonrisa, camino lentamente hacia mí, hasta quedar frente a frente.

- hola Annabeth.- dijo cerca de mi rostro, su voz grave hizo que sintiera un leve cosquilleo en mi interior, su exquisito aroma a mar embargo mis fosas nasales, desvíe la mirada.

- ¿que quieres?- dije a la defensiva.

- ¿yo?, nada, solo saludarte, te ves hermosa hoy.- dijo, senti mis mejillas arder, yo nunca me sonrojaba ante situaciones como esta, no sabia que estaba sucediendo.

- tus estúpidas tretas ya no funcionan conmigo.

- ¿estas segura?, porque no lo parece - dijo sonriendo arrogante, debía devolverle la jugada.

Crazy In LoveWhere stories live. Discover now