Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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- ¿Qué pasó con que me dijiste sobre la pasión? Considero que es lo mismo con una relación, si no lo hubiera, creo que no vale la pena. - o siempre sí me quedo con Ryan - ¿Puedes ofrecer algo real y cumplir con ello? Esto no es un mitin político.
- no seas drástica, dije que eso ofrezco, no a ti, eso fue, antes, nunca me he enamorado, nunca he querido más, como ahora ¿entiendes?
- Suelo ser realista, uno de mis problemas como podrás notar.
- yo también, no soy un soñador, no te ofrezco algo que no puedo darte, tienes mi confianza, de ti depende conservarla, puedo amarte por entero o sin medidas, o ser tu amor de unas horas, las reglas, por primera vez en mi juego, las pones tú.
Soy de lo peor.
- ¿Por qué yo? Habiendo más en la escuela, ¿por qué yo?
- no lo sé, la misma pregunta te haría, pero hay cosas que no necesitan ser explicadas, no hay teoría, solo práctica - me besa - práctica - me vuelve a besar - y práctica.
- ¿Cómo puedes...? - me acalló con otro beso, eran placenteros y lo admito pero tenía que hablar - Gibran, espera.
- ¿por qué quieres hablar? - me besa de nuevo - ¿por qué ahora? no es necesario - como que entendió que debía comportarse, me miró - te escucho.
- Gracias. - suspiré - Mira, me gusta tenerte cerca y es lo mismo cuando te beso pero... ¿Qué pasa si no es como lo quieres? ¿Qué harás cuando te hartas de mí? Tengo pésimo humor y te consta.
- puedo decirte que temo lo mismo, vamos a intentarlo, después vemos si funciona.
Dile, dile, dile, ¡dile ya!
- Yo no soy ninguna princesita fresa que come ensaladas durante las citas, no llevo el control de mi dieta, me enojo con facilidad y la lista sigue. Reconsidera las cosas.
¿Por qué simplemente no le digo la verdad? En serio que soy una mala persona.
- ¿y a ti quién te dijo que soy un príncipe azul bajado del monte en 4 patas? - rió - quiero intentar.
Lo intenté.
suspiré - Luego no digas que no te advertí.
- ¿tú no quieres, Sam?
- Sí, ¿para qué decir que no?
- ¿entonces? vamos a intentarlo, déjame estar contigo.
sonreí - Ven con nosotros, ¿si? Es el "postre de la victoria" inventado hoy mismo por mí.
