Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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Le gritamos para que saliera del agua, por más que gritaba su nombre no salía a flote diciendo que era una broma o algo así, es lo que esperaba en un inicio, lo que nunca pasó. Me atreví a quitarme la ropa e ir hasta él.
- Samantha, estás loca.
- Alguien lo tiene que sacar de ahí. Además, la loca eres tú, yo solo hago cosas sin pensar.
Entonces me tiré al agua y nadé hasta él, tenía los ojos fijos en un solo lugar era como si en realidad no estuviera en sí. Lo tomé y aprovechando que no estaba del todo consciente lo saqué del agua.
- Gib - palmeé su rostro - No se vale, Gib por favor responde - entonces le di una cachetada que lo hizo aterrizar.
- estrella de mar...
Suspiré aliviada dejando caer mi cabeza sobre su pecho.
- Nunca, jamás me vuelvas hacer eso.
- una estrella de mar - buscó a alguien con la mirada, supongo que a Renn - Renny, quería una estrella de mar - se hizo el cabello para atrás aprovechando que estaba mojado, y fue como si de pronto, hubiera aterrizado por completo, me miró atento, su respiración era buena a pesar de que aún debería tener el oxígeno, me acarició la mejilla. - ¿con que quieres bailar antes que tener hijos, no? - sonrió y juntó su frente con la mía.
medio reí, ni siquiera sé cuándo comencé a llorar - Ahora no quiero discutir sobre eso, ¿okay? Dios mío, Gibran me diste el segundo susto de mi vida.
- ¿el segundo?
- Luego te lo explico, ahora por favor vístete no quiero que te pase algo.
- estoy bien, mejor que hace muchos años. - su forma de ser me asustaba, lo acepto, me abrazó, pero ese abrazo llevaba algo más, me abrazó con cariño y a la vez sentía toda esa energía. - no te diré que no lo voy a volver a hacer, pero es mucho mejor si saltas detrás de mi como yo lo haría de ti.
- Preferiría que no lo hicieras, aún así siempre voy a saltar detrás de ti - le besé ambas mejillas - siempre lo haré, te lo juro.
Y era verdad, apenas llevaba unos días de conocer con él pero se estaba ganando todo de mí sin que me negara.
- entonces ¿me vas a enseñar a bailar? - sonrió.
Admito que eso no lo esperaba - Pues, si así lo quieres déjame decirte que escogiste a la persona indicada para eso.
- eso pensé, tú eres la que le gusta agitarse el cuerpo con sensuales movimientos ¿se usan matemáticas? no so yan fan de las matemáticas sin embargo se me dan, es herencia.
