Después de descubrir por completo el negocio turbio de su familia, Gibran Palacios es enviado junto con los primogénitos del clan, a Miami, Florida, con el único objetivo de mantenerlos lejos de sus enemigos y a salvo del peligro.
Sin embargo, esto...
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Me quedé pensando unos minutos, fruncí el ceño.
- Ya estuvo que pagué el siglo en una sola exhibición - la abracé y nos movimos al ritmo de la música, por ese lapso de tiempo, pude olvidar todo eso que me lastima cada respiro y me dediqué solo a conectarme con ella y la energía que me proporcionaba, la amaba, y en ese mismo grado, crecía mi miedo a perderla, pero ya había llegado muy lejos como para retractarme y daría mi vida para que ella me aceptara una vez que sepa la clase de bestia que soy.
- ¿Podemos ir a otra parte? - preguntó tomándome de las manos - Sabes que me gusta bailar pero ahora prefiero dejarlo pasar.
Asentí y no sé por qué terminamos dentro de uno de los vestidores de la playa - Quiero tatuar esa piel - le dijo mordiendo su clavícula.
- ¿Alguna idea?
- Algo que sea muy tú y muy yo, pequeño, sencillo, pero significativo...
- ¿Recuerdas que te había mencionado sobre la idea de mis locas amigas? Siento decirlo, pero no es una opción. Si decidiera hacerme uno sería aquí - se señaló la mano - me gusta la idea de que sea en alguno de mis dedos.
- Ya me he tatuado, creo que, ambos somos inteligentes, sigilosos, creo que lo bueno sería que nos tatuáramos, algo que tenga que ver con eso, un rey y una reina del ajedrez, por ejemplo.
- En primera, nunca me he dado la oportunidad de jugar ajedrez, solo la versión china y en segunda, prefiero una flecha. - se mordió el labio inferior - Jamás cedo ¿cierto?
- No voy a discutir contigo, me gusta el tiro con arco, tengo muy buena puntería, tú te tatúas la flecha, y yo el arco ¿te parece?
asintió - Puedo favorecer esa idea sin tener que pensarlo dos veces. ¿Quieres hacerlo hoy mismo?
- De acuerdo .dije sonriendo - Ren puede ayudarnos con eso, o podemos ir con un amigo de Ren, como tú quieras.
- Opto por la segunda opción, después de todo, está más contento con mi prima. ¿Ya te conté que mañana veremos el vestido de dama de honor? Me pone nerviosa, temo que escoja un color horrible para mí - rió.
- Será o negro, o rojo pasión, Renn no aceptaría otro, lo sé, pues, entonces, vámonos, supongo que puedo dejar a mi hermana bien vigilada por Salva.
- Tú tranquilo, mis primos pueden ser bastantes maduros cuando se lo proponen, tienen veintiséis después de todo. Les mando un mensaje de camino.
- Entonces, vamos - la tomé de la mano y fuimos a mi coche, conduje hasta el lugar en dónde Sam y yo nos marcaríamos un recuerdo para toda la vida, le dijimos como sería. - tu primo vino apenas
- Si, eso supe, ahora nos tocó a nosotros ese momento de locura.
- ¿Primero tú o ella?
- ¿Qué tan cobarde sería de mi parte si lo dejo hacerlo a él de primera?
