Mantén tu ojo eléctrico sobre mí, cariño

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La chaqueta de cuero roja de los saqueadores de Quill se balanceaba detrás de sus piernas mientras seguía a El Coleccionista a hurtadillas. Él tenía la intención de encontrar qué o quién era esta nueva exhibición por razones desconocidas para él. Con Gamora y los otros dos guardianes siguiéndolo de cerca, desesperados por tener su atención o más importante, hacerlo volver a sí mismo para que se enfocara en detener a Ronan; pero Quill había figurado para ese momento que Ronan podía esperar por unos momentos. Si esto era algo en lo que El Coleccionista estaba más interesado que en la piedra que podía "cegar civilizaciones enteras como trigo en un campo" como había citado, entonces podría ser mucho más peligroso. La curiosidad atormentaba su cerebro mientras se deslizaba cerca de una exhibición para mantenerse fuera de vista.

—Carina, ¿podrías explicarme porque esta maravillosa pero vacía criatura sigue con nosotros? —Se dirigió El Coleccionista a su asistente rosada con una ceja alzada, un tono de molestia sarcástica perfectamente transportada a través de su lenguaje corporal. Él le lanzo una mirada a Groot con una sonrisa apaciguada antes de decirle a su asistente que removiera a Groot del área, lo cual ambos aceptaron. Ella se movió ligeramente, su cabeza seguía en aturdimiento por haber estado recobrando la conciencia y su herida abierta punzaba sin descanso, agarrándola con su otra mano ella enfoco sus ojos en El Coleccionista con una expresión severa en un intento de lucir intimidante. Sin embargo, lo estaba maravillando. El Coleccionista tomaba hasta el último detalle de su cuerpo arqueado antes de observar sus cortes.

Los ojos de Peter se agrandaron al El Coleccionista detenerse en su nueva exhibición. Él dio un paso para acercarse aun tratando de mantenerse incógnito, sus cejas de alzaron cuando vio lo que El Coleccionista miraba con admiración; ella. No un aterrador alienígena de piedra de tres metros o un arma con el poder de un millón de soles, solo ella. Ella, quien no lucia para nada amenazadora.

—¿Duelen? —Su tono era abstraído pero aun así preocupado, después de todo él era El Coleccionista, sus exhibiciones tenían que estar en excelentes condiciones y ella no lo estaba.

Entrecerrando los ojos ligeramente, ella gruño. Tal vez era mejor si respondía en gruñidos, de esa manera él nunca estaría seguro de que lo entendía completamente, pero él sonrió, caminando hacia el cristal con el resplandor de 'sé quién eres, lo que eres y como llegaste aquí' brillando en sus ojos penetrantes. Arqueando su pierna ligeramente y cruzando su otra pierna bajo esta ella asintió antes de hablar. —Sí.

—Bueno, eso no está bien, ¿no es así? —Hablo El Coleccionista, poniendo su mano en el cristal que los separaban por meros centímetros. Ella odiaba estar encerrada, enjaulada como un animal de un zoológico, estar ahí para que los demás la señalaran estando completamente indefensa como para hacer algo al respecto y la cara de presumido de El Coleccionista no hacía nada para mejorar la situación, él sabía lo que hacía, todo esto tenía un propósito.

Peter inclino su cabeza cuando vio a El Coleccionista posar su mano abierta sobre el cristal, le recordó a cuando era joven, yendo a su primer viaje al zoológico con su madre, en donde un gorila, al verlos, puso sus manos y frente contra del cristal de manera calmada, como si Peter y el estuvieran en la misma longitud de onda. Ella no lucia amenazante, aun así, Peter no podía estar completamente seguro de ese discernimiento. De hecho, de todos los años en que Peter había estado en la galaxia, ella ni siquiera lucia como un alienígena, lo que causo que alarmas se activaran dentro de sí mismo. Para este punto, todos los guardianes estaban junto a Quill y todos miraban con interés lo que ella era y porque era tan importante, aunque el interés pronto se dispersó entre el equipo cuando Rocket rodó sus ojos y se dio la vuelta, tomando a Groot y haciéndole un gesto a Gamora y Drax para que lo siguieran, murmurando un comentario poco halagador  acerca de Quill y un fetiche bizarro.

La cara de ella se endureció antes de cambiar de posición para arquear ambas piernas y golpear el cristal con fuerza, pero este no se rompió o siquiera se estremeció, lo único que si sucedió fue que dreno lo que le quedaba de energía causando que sus piernas dolieran mucho más. Ella le ordeno a El Coleccionista que la dejara salir pero el solo rio antes de llamar a su asistente rosada quien ahora había aprendido, se llamaba Carina, para que limpiara. Moviéndose hacia atrás ella alzo su cabeza para mirar al techo, esperando ignorar a su nuevo dueño.

Peter se sacudió un poco cuando la presencio retar a El Coleccionista, golpeando el cristal con su pie para tratar de asustar al hombre intimidante aunque fuera en vano. Quill ahora comenzaba a ver como ella podía ser una potencial amenaza, o simplemente impetuosa. Él espero silenciosamente en las sombras de una de las exhibiciones antes de aparecerse ante ella una vez que supo que no había moros en la costa. Ella aún tenía su cabeza levantada hacia el techo con ojos cerrados, desesperada por encontrar una manera para escapar. Pero cada vez que se le ocurría algo, la lógica interfería y no aprobaba la idea. Sus pensamientos pararon cuando escucho un golpeteo en el vidrio, no tolerando ver la cara de El Coleccionista una vez más ella espero unos momentos antes de que la curiosidad le ganara y bajara su cabeza para ver a otro alienígena. O al menos ella pensó que era un alienígena, ya que parecía muy humano. Sus ojos verdes miraban los de ella, casi como si estuviera tratando de comunicarse, había algo en su aura que la calmaba, algo acerca de él que instantáneamente le hizo saber que él no estaba ahí para lastimarla.

Acercándose más al cristal, ella se levantó, tratando de esconder el dolor que se esparcía por su cara con desesperación debido al movimiento, todo su torso dolía y causaba que se arqueara, presionando su frente y mano contra el cristal mientras cerraba sus ojos con fuerza y trataba de recuperar el aliento.

Ese fue el momento en que Quill supo que tenía que sacarla de allí.

Skyra | Guardianes de la GalaxiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora