Capítulo 13

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De pronto entró corriendo Sally y cual misil teledirigido fue hacia Drake, por supuesto.

- Yo lavo eso. – Le dijo a Drake y él le sonrió haciendo que ella se ruborizara.

- Oh por Dios. – Suspiró Candy. – Hoy te quiero en el mostrador. – Le dijo a Sally que pareció no oírla.

- Podemos lavarlos los dos si quieres. – Le decía su empleada a un Drake que no ponía resistencia alguna, el muy...

- ¿Sally? ¡Sally! – Tuvo que levantar la voz.

- ¿Si? – Dijo Sally pero sin verla, enfocada totalmente en Drake.

- Vete al mostrador. No voy a desperdiciar dos pares de manos para lavar platos.

- ¿Pero, por que? – Dijo ella aun embelesada en Drake quien parecía verlo todo muy divertido.

- ¡Cielo santo! – Exclamó Candy llevándose una mano a la frente en un gesto cansado. – Drake ¿podrías sacarla de su trance y enviarla al mostrador?

- Sally... - Dijo él.

- ¿Sí? –Contestó la aludida con mirada soñadora.

- ¿Podrías ir al mostrador por favor?

- Claro, lo que tú digas. – Se dio la media vuelta y se fue.

Candy no sabía si reír o llorar.

- Eres un peligro, definitivamente.

- ¿Yo? – Preguntó con inocencia.

- Sí, tú. Por lo que... - Se calló cuando él se acercó a ella.

- Si yo soy peligro tú eres caos, mírate llena de harina. – Limpió su frente con la mano y la posó en su mejilla.

¿Y ella se atrevía a culpar a Sally de atontarse por Drake? Estaba tan cerca que pudo tener la dicha de ver sus ojos, ya sabía que eran negros pero esta vez vio que había pequeñas motitas cerca de su iris de un tono más bajo, algo así como chocolate oscuro.

- Chocolate... -Dijo ella.

- Harina... esto me recuerda aquella vez, con la harina...nunca antes habría pensado que la harina podría resultar tan atrayente.

Inclinó la cabeza lentamente ¿iba a besarla? ¡Iba a besarla! Y ella no planeaba impedirlo aunque, ¿sería buena idea? Hace un momento le reclamaba y le increpaba y ahora, solo porque sí ¿Le dejaba besarla? ¿En que la convertía eso? En una... ¡Que importaba! Iba a besar al hombre de sus sueños, luego pensaría las consecuencias.

- Huevos. – dijo una voz demasiado familiar y ella maldijo interiormente, se separó de un salto de Drake quien aún parecía confundido.

- ¿Cómo dices? – Le preguntó ella a una divertida Silk, quien estaba en la puerta con una enorme sonrisa de oreja a oreja.

- Hola Drake. – La ignoró la muy canalla.

- Hola Silk.

- Algo me dice que se te da muy bien la repostería.

- ¿Tú crees? Al menos lo intento. – Le sonrió.

- No tengo la menor duda de que lo intentas. – Le dijo Silk controlando la risa y más aún al ver a una furiosa Candy que a todas luces quería matarla, no sabía si quería su vida por haber interrumpido lo que iba a pasar o por que como buena amiga iba a ponerlos en aprietos y Candy la conocía tan bien...

El dulce sabor del amorWhere stories live. Discover now