Capítulo uno.

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Paso los labios por el cuello de Gemma mientras la tomo por la cintura para pegarla a mi cuerpo. Ella resopla, sé que está rodando los ojos, pero aún así me da paso para avanzar. Sonrío y mordisqueo un poco, a sabiendas de que ella odiaba eso.

—Dije que no marcas, Potter. Mi piel se irrita fácilmente —se queja golpeando mis manos.

—Vamos, no es divertido si no lo hago.

—Me muerdes el cuello y yo te muerdo otra cosa... Con fuerza.

Abro los ojos como platos y la suelto de inmediato. Retrocedo varios pasos alzando las manos en señal de paz. Ella me mira cruzando los brazos, una sonrisa divertida se me escapa.

— ¿Es malo que eso me haya excitado?

Arruga la nariz y me golpea el pecho.

— ¡Eres una bestia asquerosa, Potter! —exclama caminando hacia el baño.

Me quedo mirando su trasero dentro de unas simples bragas, y muerdo mis labios. Sí, bendito el día en que la conocí. Tuve razón, Gemma tenía un trasero de infarto, con o sin pantalones.

— ¿Ya te vas, preciosa?

Camino hacia el otro lado de la habitación, tomo la snitch de recuerdo que me dieron en mi último juego como capitán del equipo de Gryffindor. Comienzo a jugar con ella mientras espío por la puerta medio abierta a Gemma, está a punto de tomar una ducha. No toma una ducha a menos de que esté por largarse.

—Es obvio —responde y abre la ducha—. ¿Algún problema con eso?

—Ah, no lo sé. Pensé que entraríamos en la... ¿Cuarta ronda?

La escucho bufar, dejo la snitch en su lugar. Mientras me dirijo al baño me despojo de mi camiseta y mi ropa interior. Ella niega con la cabeza al notar mis intenciones, mientras retrocede pegándose a la pared, pero yo sigo avanzando hasta poder atrapar sus labios.

Como siempre, inicia negándose rotundamente a devolverme el beso, pero luego está clavando sus uñas en mis hombros, intentando acercarme aún más. Yo muy feliz la tomo por las caderas, y estaba levantándola cuando el jodido celular suena.

El ambiente se rompe y lo sé, pero quiero seguir con esto.

El tonito no deja de sonar, es aún peor con la puerta del baño abierta. Me separo de Gemma gruñendo furioso por la interrupción. Ella se relame los labios mirándome, alza las cejas.

— ¿Vas a atender o no?

—Ya va a callarse.

Pero no lo hizo, suspiro frustrado antes de separarme completamente de ella.

—Hasta aquí llegamos, Potter —informa con burla y vuelve a su ducha.

—Lo noté, Gemma —farfullo tomando una toalla para secarme y ponerla alrededor de mi cadera.

Camino nuevamente alrededor del cuarto hasta llegar donde se encontraba mi celular. Lo observo con rencor antes de tomarlo y atender la llamada, presionando con más fuerza de la necesaria.

— ¿Qué? —suelto de mala gana.

—A mí no me hables así, señorito, soy tu madre no cualquiera.

En cuanto escucho eso la sangre abandona mi rostro, y otro lugar. Trago saliva y debo carraspear antes de hablar, para que mi voz no suene aguda.

—Mami, ¡hola!

—Ahora soy mami, eh —bufa, puedo imaginarla con una mano en la cintura—. ¿Qué estabas haciendo que no contestabas?

—Uh, intentaba cocinar algo. Ya sabes, la vida fuera de casa —miento con mi usual carisma.

Salgo del cuarto y camino hacia la sala del apartamento. La última vez que hablé con mamá y Gemma me escuchó no dejó de burlarse de mí, y en medio del sexo me dijo ¿quién es tu mami?

¡Claramente solo tengo una mami! Y con ella nunca haría eso, puaj. Dios.

—Ajá —me dice, creyéndolo vagamente—. Digamos que era así, y te rogaré que te cuides.

—Siempre lo hago —aseguro—. ¿Pasó algo? ¿O tu llamada es de rutina?

—Muy gracioso, señorito.

Casi pude sentir su golpe en mi frente, uno ligero y con una sonrisa. A veces extrañaba vivir en casa y convivir con ellos.

—No pasó algo malo, solo quería pedirte un favor.

Me quedo paralizado ante eso, y debo tomarme mi tiempo para asimilarlo. ¿Me estaba pidiendo un favor? ¿A mí?

—Mamá, soy James, no Albus.

—Lo sé, idiota —suelta, luego suspira—. Oh, lo siento. Ando muy estresada... Por eso tu padre y yo tomaremos unas vacaciones en Irlanda.

Vacaciones en Irlanda... Muy bien, eso no me gusta. Mi cerebro ya está analizando las posibles palabras que mamá dirá en breve, y ninguna me gusta.

—Quería pedirte el favor de cuidar la casa mientras no estamos.

Mierda, debía tener razón.

Estrujo mi rostro con una mano mientras respiro hondo.

— ¿Soy tu última opción o algo así? ¿Albus dijo que no a algo al fin?

—No, eres mi primera opción, Sirius. Tu hermana está en el colegio y Albus se encuentra muy atareado con sus estudios. Eres mi primera y única opción... Entonces...

—No —exclamo.

No voy a limpiar esa casa de pies a cabeza horas antes de que vuelvan porque siquiera le presté atención antes. Es demasiada voluntad para mí.

— ¿Te digo algo? Antes de que nazcas estuve durante diez horas en labor de parto, sufriendo unas malditas contracciones. Fue un martirio, y la verdad creí que valió la pena... Ahora pienso que debí sufrir más con Albus.

Y con ese golpe justo en el corazón, yo suspiro derrotado dejándome caer en el sofá.

—Está bien, mamá, lo haré. No debías ser tan cruel.

Pude imaginarla sonriendo encantada. Entonces se dedicó a explicarme todo lo que debía hacer, y que su viaje comenzaba en dos días. Quería verme ahí antes de partir, seguro solo para volver a repetirme todo lo que debía hacer. Pasaron los minutos hasta que al fin aceptó mi despedida y cortó.

Lancé el celular a un lado y con ambas manos apreté mi rostro, con la esperanza de que el dolor de cabeza desapareciera. Poco después sentí que Gemma se subía a mi regazo. Resoplé y posé las manos en sus muslos antes de abrir los ojos para mirarla.

— ¿Malas noticias? ¿O mami te regañó? —inquiere en tono jocoso, pinchando mi mejilla.

La aparto con cierta molestia.

—No —Una idea surge en mi cabeza, y levanto la vista para verle con una sonrisa—. Dime, preciosa, ¿querrías pasar unos días conmigo?

Ella alza una ceja, nada fiada de mi propuesta.

—No quiero lazos contigo, Potter.

—No planeaba darte lazos —la empujo hacia mí y comienzo a besarla—. A menos de que quieras que te ate con ellos...

Ríe entre dientes, devolviendo los besos con la misma intensidad.

—No me gustan esos juegos... A menos de que tú seas el sumiso.

Bufo —Mejor olvidemos eso.

¡Albus! Rompimos el muro.Where stories live. Discover now