Capítulo 7: ¿Empezar de Nuevo?

81 7 0
                                    

Cómo es posible que yo pudiera terminar en este enredó. Lo que pasó es básicamente esto.

Estaba caminando entre el monto de estudiantes a mi próxima clase, cuando de repente una mano me jala del brazo y me arrastra al otro lado de la Universidad por donde está el gimnasio, y lo peor de este cuento, es que no era cualquier persona no...Era nada más ni menor que Máx Cranston.

Eso que sin mencionar que ya no se encontraba ni un estudiante por ahí. Vaya suerte que tengo este día (Nótese el sarcasmo).

Estaba acorralada, ya que básicamente Cranston me arrojó con toda la delicadeza del mundo a una de las esquinas del lugar (repito, nótese el sarcasmo). El espacio que cortaba nuestra distancia era de apenas un metro.

Esta cercanía me estaba poniendo nerviosa. Me entraba un estrés el tener que soportarlo otra vez.

—Vaya Cranston—Me río sarcásticamente—No pensé que llegarías hasta estos extremos.

—Tú me obligas Graves.

—Ah, yo te obligó—Esto es increíble—Claro, yo te dije que me arrastraras a la fuerza hasta aquí en horarios de clases ¿verdad?.

—¡Ja!—Resopla—No te hagas Roxana.

—No enserio que no me hago. Explícame Cranston, hazme entender.

—Eres una chica realmente complicada, no entiendo cómo alguien tan extraordinaria como tú no quiere a nadie cerca en su vida—Opinó.

—¿Pues que crees?, es mi problema si no socializo con nadie y eso no te incumbe.

Me estaba empezando a fastidiar. La ira corría por mis venas cada vez más con tan sólo ver su rostro.

Él era realmente intolerable.

—Oh vamos, eres la primera que conozco que no quiere tener amistades, o al menos alguien con quien hablar. Estoy seguro que hay alguna razón de por qué eres así.

—Y si lo hay ¿qué pasa con eso?

Puso una mirada la cual no pude descifrar que quería expresar. Sus ojos tan azules como el mar penetraba mi alma tratando de descubrir los secretos que está escondía, el cual no pensaba permitir.

—Sé lo que intentas. Te voy informando desde ahora que no vas a conseguir tu objetivo—Manifesté.

—Y dime, Roxana Graves, ¿qué estoy intentando conseguir?, ¿qué es lo que estoy intentando lograr? He, dime, ¿qué es lo que quiero Roxana?

Medio metro. Ahora nos encontramos a medio metro de distancia.

Lo que él quería era intimidarme. Pobre Cranston, como si se lo fuera a dejar tan fácil hacerlo.

—Si tú mismo no lo sabes, yo no tengo porque refrescarte la memoria.

Se acercó un poco. Veinticinco centímetros. Él ya se estaba pasando de la raya.

No le tocó alzar la voz para decirme lo siguiente, ya que con esta cercanía, su voz sonaba como un susurro.

—Lo que pasa, es que quiero oírlo de tus mismos labios.

Su aliento cálido chocaba con mi rostro.

—Lastimosamente eso no va a pasar— dije.

Se acercó más. Ya ni quería saber cuánto espacio faltaba para que estuviéramos totalmente pegados.

—Oh vamos—su boca se dirigió a mi oído—No seas gallina—susurró.

No aguante más. La gota derramó el vaso. Sin pensarlo dos veces, le proporcione un puñetazo a su estómago. Aunque él tuviera el cuerpo tonificado y fuerte, aun así la ira acumulada en mi mano hizo que el golpe fuera potente.

Cayó de rodillas al suelo, su rostro reflejaba todo el dolor que su abdomen sentía. Se lo tenía bien merecido.

—No creas que eso iba a funcionar. Tú no me conoces Cranston, y nunca lograrás conocerme a la perfección.

No me daba pena verlo ahí tirado en el suelo. Yo, simplemente me dispuse a irme a clase, lo cual ya iba muy tarde gracias a Cranston.

—Roxana espera.

No me di la vuelta. Seguí con mi camino sin ponerle el más mínimo cuidado.

—Roxana espera, no te vayas.

Sin haberlo visto, Máx Cranston ya no se encontraba en el piso, es más, no se como lo hizo tan rápido, pero atrapó mi muñeca e hizo que no diera un paso más.

Estrés. Estrés y más estrés. Eso era lo que sentía al tener que pasar cada hora, cada minuto, cada segundo, cada milésima de segundo con él.

—¡Suéltame!—Exprese con enojo.

Intenté como pude de soltarme de su agarre, que por suerte, logre hacerlo. Intenté retirarme nuevamente pero otra vez él me lo impidió.

—Roxana espera, ¿quieres?

Él sostenía mi brazo evitando que pudiera irme. Esta vez no intenté soltarme, es más, por primera vez desde que conozco a Máx Cranston, intenté tranquilizarme ante su presencia.

Miraba sus ojos y estos reflejaban súplica. Realmente quería que no me fuera.

Respire muy hondo y dije.

—Muy bien, ¿qué quieres Cranston?.

—Suspiró—Oye, escucha. Se muy bien que desde que nos conocemos no hemos comenzado de muy buena manera, de hecho me atrevo a decir que comenzamos con el pie izquierdo. Soy consciente de que pude haber sido un poco irritante desde un principio.

—¿Un poco?—Pregunté con ironía.

—Corrijo. Demasiado irritante, debo creer que he sido la persona más irritante y molesta que has tenido que conocer en toda tu vida.

—A decir verdad...si.

—Si me lo permites, será posible que podamos ¿empezar de nuevo?.

¿Esto está pasando realmente?.

—Me estas queriendo decir que ¿quieres empezar desde cero otra vez?.

—Si. ¿qué dices?

Nunca me imaginé que esto podría pasar. De verdad ¿esto está ocurriendo?.

Mi mente se quedó en blanco. No sabía qué responder.

—Y bien, ¿qué me dices Roxana?—Agregó después de unos segundos.

Sus ojos me miraban con desesperación. Enserio estaba ansioso con mi respuesta.

—Déjame pensarlo, ¿si?

—Esta bien, si eso es lo quieres adelante. Pero si quisiera que no te demores una eternidad sin decirme algo ¿de acuerdo?.

—Eso haré, pero no te hagas tantas ilusiones—Manifesté.

Él soltó mi brazo. Sin decirle nada más me aleje.

Realmente tenía un sin fin de pensamientos en mi cabeza. Nunca me imaginé que Máx Cranston y yo, pudiéramos tener una conversación de manera civilizada, sin que yo tuviera que fastidiarme al tener que quitárselo de encima, y sin que él tuviera que perseguirme a cada rato.

Pero eso ya era otra tema. La cuestión aquí era ¿que le diré?.

No Soy Normal... Soy Una EspíaWhere stories live. Discover now