Capítulo 21: El Plan.

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Tim Borrmann como Luke Langford (Multimedia).

Mike.

Dos semanas.

Dos semanas en las cuales Abby no se dignaba a salir de su cuarto, dos semanas en las cuales no comía y no tenía interacción con nadie. Dos semanas habían pasado desde que mis padres les contaron tal secreto.

Me preocupaba lo que le pasaba y en muchas ocasiones traté de hablar con ella tocando a su puerta, pero esta no me respondía o a veces sólo me ordenaba a que me fuera y la dejara en paz. Sé cómo debe sentirse, está muy mal.

Sus amigas habían llamado en reiteradas veces para saber el paradero de mi hermana y qué es lo que le había pasado como para explicar sus inasistencias al instituto. Abby al parecer no les ha contestado sus llamadas o quizá ella tampoco las ha llamado. Entiendo que quiera estar sola, y es lo mejor por ahora hasta que se decida a salir. En cambio yo y mis padres tanto como mi hermana mayor, continuamos con nuestra vida normal, no podemos mostrarnos preocupados porque de seguro sospecharían algo. Las inasistencias de Abby fueron justificadas con certificados médicos que mis padres hicieron gracias a que ellos son doctores, pero no creo que puedan seguir así.

— ¿No ha salido? —escucho la voz de mi hermana mayor junto a mi. Veo que lleva unos tacones rojos que le regalé en su penúltimo cumpleaños. Niego. Golpea la puerta con sus nudillos.— ¡Abby sal ya!

Me levanto del suelo rápidamente y la miro muy mal.

— ¿Estás loca? —Ann rueda sus ojos.— Abby está mal, ¿No entiendes eso?

— ¿Y? Ella quería saber la verdad —se encoge de hombros.— Y allí la tiene, sólo espero a que salga y enfrente la cruda y fea realidad.

Resoplo y vuelvo a sentarme en el suelo, Ann puede ser nuy cruel pero verdaderamente sincera con sus palabras, sí, Abby ahí tiene la verdad. Estoy de guardia de vigilancia de Abby desde hace muy pocos días, apenas escuche que hable o salga de la casa se lo debo comentar a mis padres para así poder hablar bien. No lo hicimos muy bien hace exactamente dos semanas, gracias a que no quería escuchar nada de mi o de mis padres. Ann antes de bajar, gira en sus tacones hacia mi dirección.

— Ah, y Mike —la miro.— Dile a mis padres que ya vuelvo y que se queden en casa esta tarde y tú igual, debo contarles algo —me señala.— Sólo espero a que Abby también salga.

Mira por última vez la puerta de la habitación de Abby para luego despedirse de mi. Empiezo a jugar con una pelota roja golpeando la pared para luego atraparla con una de mis manos. Estoy cansado, no he podido dormir muy bien estos días pensando en como debe estar afectada Abby, en cada cosa que me dijo esa vez que volvió a casa me quita el sueño hasta tal punto de desvelarme hasta la mañana.

Hoy era sábado y no tenía ningún plan que hacer además de sólo hacer de guardia en la puerta de Abby. Ojalá pudiera hablar con ella.

Olvidando el tema de mi hermana recordé esa vez que vi a un tipo en la habitación de Sarah y ella estaba ahí y no dijo nada. No somos pareja pero la verdad estaba ardiendo en celos... Conozco al tipo ese y su nombre es Matthew Clarkson, el supuesto mejor amigo de Sarah. Agh, ¿Saben qué? No creo mucho en eso de la amistad entre el hombre y la mujer, no existe, prácticamente siempre hay uno en esa relación de "amistad" que luego termina enamorándose profundamente del otro y al final termina siendo lastimado. Creeanme, lo he vivido y esa sensación es horrible. Esa persona que me hizo tal daño fue ni más ni menos que Sarah Williams, de la mujer que aun sigo enamorado.

Escuadrón Anti-Chicos© (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora