Capítulo 2: "Vida nueva"

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¿Qué más podría pedir? Aunque eso sería alejarme de mis padres por un tiempo, pero no faltarían las visitas. Y quién sabe...hasta podría convencer a mi padre de que volvieran, sé que ellos extrañan al igual que yo, pero por su trabajo no tenía opciones para elegir.

Suspiré, miré hacia el techo un momento... Ya no tengo nada que pensar; sé que esto es en verdad lo que quiero.

- California...allá voy. -

Mientras se desprendía una sonrisa de mis labios.

CONTINUACIÓN...

El día de viajar había llegado. Luego de revisar mil veces el bolso y cerciorarme especialmente que traía el pasaporte conmigo, pude tranquilizarme un poco. Aunque no del todo, ya que los nervios de volver a California después de tanto tiempo me carcomían el pecho.
¿Todo seguirá igual? Puedo recordar cada detalle de mi antiguo vecindario, incluso a mis amigos y vecinos. Extraño tanto caminar por las calles de allí...siempre será mi hogar.

- Cariño, ¿te encuentras bien? - Preguntó mi madre observándome algo ida.

- Si mamá, estoy bien. - Respondí con una sonrisa.

- Prométenos que te cuidarás ¿si? En un mes iremos a verte. - Dijo mi padre algo preocupado.

- Si papá tranquilo, estaré bien. Los espero. - Contesté.

Aunque trataba de hacerme la fuerte por dentro lloraba desconsolada, extrañaría mucho a mis padres, y un mes lejos de ellos sería una eternidad. Pero todo sea por mi futuro, y por lo que en verdad quiero para mí.
Como dicen por ahí...la vida consta de sacrificios, y este es uno de ellos.

Quince minutos después se oye una voz de radio en todo el aeropuerto, advirtiendo que en minutos partiría un vuelo directo a Los Ángeles California, mi vuelo.
Comencé a despedirme de mis padres quienes me llenaron de besos y abrazos, a tal punto de no querer soltarme, y yo no pude evitar que se escapara una cristalina lágrima de mis ojos. Realmente los iba a extrañar demasiado.

- Toda la suerte mi amor, cuídate y estudia mucho. En un mes estaremos contigo ¿está bien? - Repitió mi padre; mientras mamá secaba sus lágrimas.

- Si papá no te preocupes, mamá...no llores, estaremos en contacto, apenas llegue haremos videollamada, no te angusties. - Le dije.

- Perdona hija, me resulta muy difícil pensar que ya no estaras con nosotros; pero ya me acostumbraré a la idea. Cuídate mucho, te amo. - Dijo dándome un último abrazo.

- Y yo a ti mamá. - Sonreí con los ojos humedecidos.

- Adiós cariño. - Soltó mi padre sonriéndome mientras me alejaba poco a poco por el pasillo para entregar mi boleto a la azafata.

- Los amo. - Dije antes de alejarme, y con mucha tristeza me fui.

Me siento triste por ellos, pero a la vez muy feliz de que por fin vuelvo a mi lugar, lo que tanto había deseado. Así que tengo una increíble mezcla de sentimientos en el pecho.
Luego de entregar mi boleto subo al avión, y me acomodo en mi lugar frente a la ventanilla. Siempre que viajaba me gustaba observar el cielo; encuentro que me da mucha paz.
La azafata dio un par de indicaciones; me coloqué el cinturón de seguridad, y el avión comenzó a despegar, algo que siempre me daba náuseas.

Pasó media hora y ya me encontraba en viaje. Le pedí a la azafata un vaso de zumo y me coloqué los auriculares para escuchar algo de música, ya que tenía un largo viaje por delante.
Cuando quise acordar me había quedado dormida.

Al despertar, observé el reloj del avión y habían pasado unas seis horas, todavía faltaban nueve para llegar. Esto se hacía cada vez más eterno. Así que decidí ver algo de televisión con los auriculares para entretenerme y pasar el tiempo.

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