SAVANNAH

Capítulo 10: "Ser o no ser"

- Está bien, ya me voy a dormir, si necesitas algo no dudes en buscarme ¿si? Que descanses cariño. - Dice depositando un beso en mi mejilla.

- B-Buenas noches...tú igual. - Consigo decir.

Ella sonríe y luego se va.
Después de lavarme los dientes, me dirijo a la habitación de Jade, me coloco el pijamas y me acuesto.
Por alguna razón no puedo conciliar el sueño...me siento muy inquieta y de pronto con insomnio.

¿Qué me sucede?

CONTINUACIÓN...

Luego de un largo sueño, percibo la luz del día en la ventana, lo cual me hace despertar lentamente.
Al terminar de abrir los ojos observo la habitación y me siento confundida, como si no supiera dónde me encuentro. Me siento rápidamente en la cama, y allí caigo en la cuenta de que estoy en la habitación de Jade. Estaba tan dormida que había olvidado completamente que me había quedado a dormir allí.
Busco mí ropa sobre la silla que se encontraba al lado de la cama, me visto y luego voy al baño a higienizarme. Cuando terminó salgo de la habitación, con la esperanza de encontrarme a Rebecca en el camino, pero lo cierto es que al caminar por el pasillo me encuentro con la habitación de Rebecca deshabitada, y con su cama perfectamente hecha.
Echo un vistazo rápido a la habitación, y tímidamente decido bajar las escaleras para ir hasta la cocina, quizás estaba allí.
De pronto me encuentro con Beatrice preparando el desayuno, la cual me saluda simpáticamente.

- Buenos días señorita, ¿durmió bien? - Preguntó amablemente.

- Buenos días Beatrice, sí...muy bien, gracias. - Respondí de igual forma.

- ¿Se le apetece desayunar? - Pregunta esta vez.

- Este...sí, pero...quería saber si la señora Rebecca estaba por aquí o salió, es que no la encontré arriba. - Dije nerviosamente.

- La señora Rebecca salió a ejercitarse hace una hora y media, pero tranquila, ya debe estar por llegar. - Contesta. - De todas formas, puede comenzar a desayunar usted primero mientras la espera. - Agregó.

- Está bien...lo haré. - Dije tímida.

Ella sonrió y me indicó la entrada del comedor para poder sentarme. Momentos después me sirvió el desayuno, y se retiró pidiendo permiso junto con una sonrisa en su rostro.
Comencé a desayunar, sintiéndome algo incómoda allí sentada sola, en un comedor que no era mío.
Estaba por beber de mí café, cuando de pronto oigo la puerta de entrada. Levanto la vista y observo entrar a Rebecca, con un conjunto deportivo ajustado de top y calza, algo sudada, y con una botella de agua en la mano.
No sé por qué, aquello me hizo ahogar con el café.

Eres completamente ridícula...

- Hey linda, haz despertado ya. - Dice cerrando la puerta detrás de si, mientras se quita los audífonos de las orejas.

- Buen día...- Alcancé a responder aún con el picor del ahogo en la garganta.

- ¿Estás bien? - Preguntó observándome mientras se acercaba a la mesa.

- Si si, solo...estaba algo caliente, es todo. - Y sonreí como si nada pasara.

Nada sucedía, estaba clarísimo.

- Bien...salí a ejercitarme un poco, iba a decirte pero te veías tan bien durmiendo que no quise despertarte, espero no te molestes. - Dice sentándose frente a mí.

- Claro que no, al contrario, aunque deberías haberme despertado Rebecca, que vergüenza durmiendo hasta estas horas. - Dije avergonzada.

- No seas tonta, seguramente estabas cansada, despreocúpate. - Dice guiñándome el ojo, luego de dedicarme una de sus sonrisas relajadas. Sonrío a la par.