4 - ¿Recuerdas?

108 13 12
                                    

Alicante, mi destino favorito para volver a encontrarme y relajarme. El mar, el aire, todo, aquí todo es diferente. La forma de hablar, caminar, pensar, ser, aquí no existen ni lunes desastrosos ni domingos aburridos. Aquí la coletilla "Reig" se queda en Madrid. Aquí, en Alicante, simplemente soy Alba, la nieta de Carlota.

Hoy es un día cualquiera, ¿sábado, domingo? No lo sé muy bien, hace tiempo que no miro el calendario ni el reloj. Solo sé que lo pasé reflexionando junto a la orilla. Han sido días de guitarra, folios, tinta y mar.

Al volver, me doy cuenta que mi casa ha pasado de ser de personas decentes a un montón de psicópatas insaciables.

-¿Qué pasa aquí?

Entro al comedor y veo a mi madre arreglando a mi sobrina pequeña y a mi hermano mayor junto a mi abuela hablando pasando de los decibelios normales. Mi ahijada se deshace de las manos de mi madre, corre por el pasillo, pero antes de que se meta en el cuarto, la cojo al vuelo.

-¿Donde vas tú con tanta prisa?- Le pregunto. Ella, con una sonrisa que no le cabe en los labios, me responde:

-Al concierto de Ro.- La dejo en el suelo y voy hacia mi madre. Necesito verificar dicha información.

-¡Mama!- Doy pasos acelerados hasta tenerla enfrente.-¿Donde vais?

-Donde vamos, querrás decir.- Responde con autoridad.

-Esta bien... ¿Donde vamos?

-A Alicante.

-¿A qué?

Mi madre, con la misma sonrisa que mi ahijada, me enseña las entradas para el concierto y responde a mi pesar: -Al concierto de Rocío.

-¿Lo qué?

-Lo que oyes.

Miro hacia abajo, solo por dos motivos simples, el primer motivo es intentar tranquilizarme y el segundo, pero no menos importante, es para buscar frases, palabras, lo que sea para decirle a mi madre y no terminar por faltarle al respeto o decir cualquier barbaridad. Opto por algo sencillo, rápido y entendible.

-Mama....- Cojo su cara y, mirándola fijamente a los ojos, digo pausadamente.- No voy a ir.

-Si vas a ir... Alba, cariño...

-Mama, no te lo estaba preguntando.

-Como quieras...

Camino hacia el sofá y me siento al lado de la única persona cuerda de toda la casa, mi abuela Carlota. Cuando lo hago, lo hago cruzándome de piernas y brazos. Mi abuela clava sus ojos marrones claros en mi, pero intento no darle importancia, pero con ella es imposible.

-Abuela, no quiero ir...- Digo sin que ella diga nada, solo su mirada me dice todo lo que me quiere decir.

-Mi niña...- Pone una de sus manos sobre mi pierna.- Yo no te he dicho nada.

-Ya... Pero sé lo que me quieres decir con solo mirarme.

Ahora si, clavo mi mirada en la suya.

-No te pido que vayas, pero solo te pido que no les tengas en cuenta que quieran ir.

-A mi me da igual.

-Les ha invitado Rocío y eso les ha hecho más ilusión si cabe... Mira la niña.- Las dos miramos a mi ahijada. Ella lleva unos pantaloncitos vaqueros y una camiseta blanca. No para de mirarse al espejo y de corretear por la casa. Esta deseando irse solo para ver a Rocío.

-Sara es la que más ha querido a Rocío.- Digo sin quitarle ojo a mi niña pequeña.

-Hombre... Cuando Rocío llegó a esta casa, Sara estaba a días de nacer, prácticamente Rocío ha estado en la vida de ella, es normal que la eche de menos y quiera verla.

Vuelves |Albocío|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora