Capítulo 5

1.1K 97 10
                                    

Capítulo 5

Derek's POV

Luego de un agotador y largo viaje en avión, tuve la "genial" idea de caminar un poco para pensar y esas estupideces. Gracias a esa idea, no he tenido ningún método posible de llegar al hotel el cuál se suponía, que debía llegar, y aún así, eso no impidió que pensara sobre todo lo que me ha estado ocurriendo.

Recordaba cada detalle de los aquellos "recuerdos" que estaba teniendo -la mayoría del tiempo- apenas cerraba mis ojos. Sí, comencé a llamarlos "recuerdos" porque obviamente aquello eran más que solo sueños.

Eran tres recuerdos diferentes que a pesar de que no son lo mismo, mantenían algo en común. Un chico repugnante llamado Axel.

Cuando pensaba en aquel nombre, sentía mi pecho hundirse de manera abrumadora, dolorosa y desgarradora.

Estaba seguro que una parte de mi aún intentaba negar lo evidente, se negaba a pensar que aquel chico que asesinó al otro, fuese yo.

Pero las posibilidades de que fuera un mal sueño, eran nulas, ya que sabía perfectamente que aquel era un recuerdo que, muy a mi pesar, había sucedido.

Estaba dispuesto a enfrentar cualquier mierda que recordara de mi pasado y sobre todo, el porqué de las cosas que recordaba. Todo tiene un porqué, y dudaba mucho de qué este no fuera el caso.

Quería pensar que el primer recuerdo realmente había sido un sueño, porque el solo hecho de pensar que mi familia me engañó sobre mi verdadera identidad muchos meses, no era de mi agrado.

Arrastré mis maletas con pesadez, cansado de caminar por tan largo tiempo, a la vez que, avanzaba a trompicones, pateando constantemente las piedrecitas de la carretera.

El calor de New York aturdía mis sentidos de manera incontrolable, aumentando mi sed y cada vez más, mis dudas.

Pensé y analicé bastante aquellos recuerdos, ¿Porque un disparo que me aturdía hasta dejarme inconsciente? ¿Porqué de yo observando a un hombre que me amenazaba? ¿Porque mataba a un chico que intentó abusar de una chica que supuestamente, "sólo yo, podía tocar"?

Gruñí irritado y solté una de mis maletas para limpar el sudor de mi frente. Asqueado, sequé mi mano sudada en mis jeans y me agaché para tomar otra vez mi maleta que se encontraba en el suelo.

El segundo recuerdo era confuso y escalofriante, en cierto modo, era entendible. No todo los días ves a un hombre en las sombras de una habitación desconocida para ti, amenazandote con palabras confusas que sólo te desconcertaban más de lo que ya estabas.

Miré a mi alrededor con el ceño fruncido y apreté los dientes molesto al ver la carretera completamente desolada.

Al parecer esto era solo un "atajo" porque nadie pasaba por allí, pero de atajo no tenía nada, porque este camino comenzó a resultar más largo que el viaje en avión. Volviendo al tema, analicemos el tercer y último recuerdo.

Axel... Axel.. Axel...

Aquel nombre de sólo pensarlo me irritaba, y un asco inigualable me hacían perder mis nervios. Pensar en su rostro exactamente igual al mío, afirmaban todas mis sospechas.

Me mintieron.

Fui un chico malhumorado, y frío, un asesino y secuestrador. Admitirlo era doloroso, pero dolía más pensar en lo estúpido que pude llegar a ser por que, vamos a ver; era Axel, un maldito psicópata.

A pesar de que odiaba mi vida con todas mis fuerzas, hay algo que me enredada y me confundía a un peor. Intentaba formular las preguntas que rondaban en mi cabeza pero, en ningún momento lograban su objetivo.

Estuve semanas aterrorizado por las jugadas que mi mente me hacía y sobre todo, lo mareado que me tenía al pensar si aquellos eran sueños o recuerdos.

Pero ya no más.

Luego de un rato, mis pies comenzaron a arder, y las gruesas gotas de sudor se resbalaban con mayor abundancia, pero eso no me impidió seguir con la absurda situación de "nómada" que vivía en ese preciso momento.

De repente, y como una gran felicidad para mis cansados y adoloridos pies, el motor de un auto comenzó a escucharse cada vez más fuerte.

Rezando por no comenzar a volverme loco, volteé con lentitud, hasta estar de frente con el camino por el que había caminado.

Por un momento, no ví nada, pero el motor aún se escuchaba. Esperé unos segundos más, y efectivamente, un auto azul apareció en mi vista.

Aquella persona que iba tras el volante, como buen samaritano, se detuvo a unos cuantos metros de mi para que llegase a hasta su coche, por lo que corrí un poco para alcanzarlo.

En cuanto llegué, miré al chico con confusión haciendo que él sonriera burlón y me hiciera una seña para que entrase.

—Ven sube, te llevaré—Dijo estirandose para abrir la puerta por mi. No era buena idea subir en el coche de un desconocido pero, ¿Que podría hacerme? ¿Violarme? ¿Matarme? —No te asesinaré, chico, sólo intento ayudarte—Murmuró divertido. Solté una risita entre dientes y abrí la puerta trasera para guardar mis maletas. Luego de eso, más agradecido que nunca, me subí en el asiento del copiloto.

—Gracias—Murmuré luego de aclarar mi garganta intentando no hacer una mueca de dolor al sentir mis pies palpitar.

—¿Que hacías en ésta carretera y a pié? Es el camino más largo que existe en New York—. Soltó divertido ignorando por completo mi agradecimiento. Abrí mi boca sorprendido.

—Una chica que se encontraba en el aeropuerto me ha dicho que era el más corto —Respondí sin poder creer que me la haya jugado. Apretó los labios para no reír.

—Pues, se explicó mal a propósito o no tenía ni la menor idea de dónde estaba parada —Dijo divertido pero a la vez, un tanto incrédulo. Me crucé de brazos soltando un suspiro y miré por la ventanilla, pensativo.

—Es lo peor que he vivido en toda mi vida —Mentira— No nos hemos presentado, mi nombre es; Derek, ¿Y tú? —Mentira. Más y más mentiras— Por cierto, he de agradecerte otra vez por ayudar a un desconocido, porque podría ser un maldito asesino y tú, aún así, me ayudaste —Decirlo de esa manera, era incluso más desesperante — No sabría como pagarte, teniendo en cuenta que acabo de llegar de Londres—Murmuré incómodo ante mis propios pensamientos. Sonrió.

—No tienes que pagarme nada, me detuve porque quise, no porque me lo hayas pedido —Sonrió— Me llamo Ryan, pero puedes llamarme Ryan —Soltó divertido, seguido por una risita haciendo que lo mirase incrédulo. Aquello no tenía sentido —Si me dices Ry, sonaras como una mujer, así que por tu bien, mejor no lo digas —Explicó haciéndome reír con fuerza.

—Entiendo. Gracias por advertirme—Me burlé riéndome. Este chico ya me caía bien.

Dark Past (Libro 3) [En Proceso]Where stories live. Discover now