8. Abrumado

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Alec POV

Un cálido y asombroso sentimiento estaba creciendo dentro de su pecho. Se sentía flotando en ese momento, y todo lo demás olvidado exceptuando al alto y guapo extraño que era, por ahora, su por siempre. El mundo seguía girando, y todo lo demás tenía un aspecto borroso, solo enfocando a Magnus. Era sólido y estaba presente sus brazos. Las gentiles manos de Magnus acariciaban su cabello, y Alec se sintió importante, querido y completo. De repente el toque de Magnus se detuvo. Magnus se desvaneció de repente. Alec gritó su nombre pero Magnus no respondió. Alec seguía viendo todo borroso, pero ya no podía enfocar a Magnus, no lo podía traer de vuelta. ¡Se estaba yendo! ¿Qué había hecho mal?

Alec se levantó jadeando, con su mente girando. Antes de abrir los ojos, alcanzó a Magnus. Instantáneamente se sintió aliviado mientras su mano hacia contacto con la forma dormida de Magnus. Se volvió a acostar, tratando de controlar su respiración.

¿Qué demonios estaba mal con él?

Alec trató de pensar en una razón lógica de porqué se había asustado mientras ponía sus brazos alrededor de Magnus. Ninguna razón lógica le llegó a la mente. Simplemente estaba perdiendo toda la lógica y esa era la única explicación. Incluso el subconsciente de Alec se estaba volviendo loco, al darle un sueño así.

Aun estaba oscuro, y la alarma del reloj le confirmó que era demasiado temprano como para despertarse. Trató de volver a dormir, pero su mente parecía querer lo contrario. Eventualmente, se las arregló para dormir, enfocándose en la suave respiración de Magnus.

– Buenos días, dormilón, – era la voz de Magnus pero Alec aun no estaba completamente despierto. Balbuceó y se giró. – Y yo aquí pensando que eras una persona madrugadora. –

– No dormí muy bien, – murmuró, aun con los ojos cerrados.

– ¿Porqué no? – preguntó Magnus. Sonó realmente preocupado y eso le llegó. Abrió los ojos. Magnus estaba acostado a su lado, recargado en su hombro, mirándole.

– Tuve sueños extraños, – masculló Alec, – Y no estoy acostumbrado a dormir... bueno, no en mi cama. –

– Fue tu idea venir a mi motel, – replicó Magnus. – Yo sugerí tu casa. –

– Si, pero Jace está en mi casa. – Alec gimoteó.

– ¿Y? – inquirió Magnus.

– Y si nos hubiéramos quedado ahí, tendría que haber soportado las interminables burlas de el porque éramos tan silencioso. – Alec explicó. Eso era un hecho, Jace se burlaría de el por el resto de sus años. Jace no era la clase de persona que compartía una cama con alguien, en su caso, una chica, y no hacían nada. Alec lo sabía, ya que las paredes de su apartamento que compartía con Jace no eran tan gruesas como le gustaría que lo fueran.

– Ya veo, – dijo Magnus comprendiendo.

– El motel es mejor, – Alec suspiró mientras se acurrucaba más a Magnus. – Más privado. – No lo iba a decir en voz alta, pero estaba feliz de que Magnus estuviera ahí. Estaba agradecido del interés de Magnus por él no se hubiera desvanecido aun. Magnus puso sus abrazos alrededor suyo, y Alec se permitió dejarse hacer por un momento. Su sueño había sido después de todo, solo un sueño; no significaba nada. Magnus estaba ahí y simplemente iba continuar disfrutando de su presencia.

– ¿No te gusta ser el centro de atención? – preguntó Magnus. Alec no percibió la nota de ansiedad en la voz de Magnus, al estar demasiado enfocado en su propia burbuja de felicidad.

– Nope, – concordó con tono casual, mientras se acomodaba más en el abrazo de Magnus. Hubo un silencio por un momento; solo el sonido de sus narices al respirar, y el suave sonido del reloj de pared. La mente de Alec permanecía en blanco mientras Magnus le abrazaba.

Elusive Love (Malec)Where stories live. Discover now