10. Amor

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Magnus POV


Magnus disfrutó de su tarde con Max, Maryse e Izzy. Nunca se había sentido tan bien recibido. Alexander se sonrojaba en los momentos justos, cada vez que Izzy le molestaba, y Max había querido que Magnus jugará todo el rato basquetbol con él. Maryse le había invitado a quedarse a cenar, y finalmente todos se sentaron en la sala a tomar té frente al fuego. Todo era demasiado bueno. A Maryse no pareció importarle escuchar las verdaderas razones por las que consiguió el trabajo en su tienda.

– Las ventas aumentaron y Alec es feliz, – simplemente dijo Maryse con una sonrisa. – ¿De qué tendría que quejarme? –

Izzy debió avisarle a Jace, ya que llegó después de el cierre de la tienda para ayudar a Izzy a molestar a su hermano. Alec pasó la mayor parte de la tarde cambiando a diferentes tipos de rojo y escondiendo el rostro en el hombro de Magnus. Ese simple gesto hacia a Magnus demasiado feliz. Después de todo, era por Magnus por lo que le molestaban y aun así buscaba refugio en él. Las horas pasaron y se hiso tarde, y Maryse les invitó a comer el viernes cuando Robert volviera. Después de aceptar felizmente la invitación, Magnus y Alec dejaron la casa. Con una gran sonrisa en el rostro, Alec miraba radiante a Magnus en lugar de mirar a donde iba. Por ello, en el camino al coche, tropezó y cayó en los brazos de Magnus.

– ¡Eso fue bastante bien! – exclamó Alec, después de que Magnus le había ayudado a estabilizarse.

– Concuerdo, – dijo sonriendo. – Tu familia es encantadora. – Alec le sostuvo de sus mejillas y se inclinó para darle un beso rápido.

– ¿A dónde vamos? – preguntó Alec. Magnus sabía lo que quería, pero ser capaz de dormir al lado de Alec por dos noches seguidas parecía ser algo demasiado bueno. No quería presionar a su suerte.

– Bueno, eso depende, – dijo, poniendo su mano en la de Alec, que seguía acariciando su mejilla, y se inclinó al contacto. – ¿Dónde te gustaría dormir esta noche? –

– ¿Podemos volver al motel? – preguntó Alec tímidamente. Una gran sonrisa apareció en su rostro mientras contestaba un "nada me haría más feliz". Subieron al auto y manejaron de vuelta al hotel, parando primero en la casa de Alec para que pudiera agarrar ropa limpia. Parecía ser que Alec no quería usar la ropa de Magnus a pesar de su oferta, ¡Incluso aunque no había traído ni una sola cosa con brillos!

– Yo... – Alec bostezó, interrumpiéndose a si mismo. Sacudió su cabeza mientras apagaba el coche.

– ¿Cansado?, – preguntó. Alec asintió y se acercó a Magnus para recargar su cabeza en su hombro. – ¿Qué tal suena acurrucarnos en la cama y ver una película? –

– Perfecto, – suspiró Alec. Bajaron del auto y subieron hacía la habitación de Magnus. Alec fue directo al baño y salió unos minutos después, listo para acostarse, Magnus se lavó rápidamente por igual, y cuando salió del baño Alec ya estaba acostado en la cama, haciéndole señas a Magnus para que se le uniera.

– Tengo frio, – le dijo Alec sonriendo. – Ven a calentarme. –

– ¿Cómo podría rechazar esa petición? – Magnus rió, subiendo a la cama al lado de Alec. No llegaron ni a la mitad de la película cuando Alec ya estaba dormido. Magnus apagó la televisión y se acostó a su lado y con la respiración de Alec para calmar su mente, cayó dormido tranquilamente.

Magnus no recordaba haber soñado, mientras se estiraba. Abriendo los ojos, vio a Alec apoyarse en su hombro y mirarle.

– ¿Cómo dormiste? – preguntó sonriendo.

– Demasiado bien, gracias. – replicó Alec, besándole. Alec se acurrucó más cerca de Magnus y le rodeó con los brazos. Se quedaron ahí, abrazándose y hablando vanamente hasta que sus estómagos rugieron, desafiando su plan de quedarse en cama. Magnus sugirió que se levantaran a desayunar y Alec estuvo de acuerdo.

Elusive Love (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora