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Lauren Jauregui sabía que todo lo que estaba haciendo estaba mal.
Desde la primera vez que había besado a Peter, el dueño del departamento donde se habían hospedado en Nueva York antes, durante y después de su nuevo trasplante de corazón, lo supo.
Resumiré todo los sucedido para no aburrirlos con todo esto.
Digamos que a Clara el hombre le parecía un buen partido para su hija mayor. Tenía dinero, era guapo, estaba disponible y por último, pero no menos importante para la mujer, era hombre. ¡Ni en un millón de años tendría una oportunidad como esa de nuevo!
Luego del trasplante de corazón exitoso y la recuperación de su hija, la mujer decidió que era tiempo de jugar sus cartas.
La alejo de Vero y Lucy, de Brad y Tristan. Incluso de Becky (Qué aun consideraba su amiga, pues no se había quedado el suficiente tiempo como para escuchar la verdadera razón por la cual se había acercado a Camila y ella meses atrás). Cambio su número de teléfono, e incluso le prohibió hablar con Ally luego de recibir una llamada del padre de esta. Quemo sus discos de Thug Harmony, incluso el que Troy le había regalado en su cumpleaños, y también cualquier cosa relacionada con ellas. Le prohibió usar su cuenta fan o escuchar su música. Desecho sus gorras y beanies, sus chaquetas y sus medias largas, sus camisas a cuadros y su patineta. Tiro todo lo que podría hacerla parecer "rara".
Finalmente, la mujer comenzó a hablar con su hija y, después de varias charlas llenas de mentiras y amenazas disfrazadas, Clara termino convenciendo a Lauren de que olvidar su "experimento" (o al menos así lo llamaba) con Camila y comenzar una relación seria con el hombre de dinero sería la mejor opción... Al menos, era la mejor opción para Clara Jauregui, pero esto fue algo que la mujer prefirió omitir en aquella larga conversación.
Besarlo fue asqueroso para la chica de ojos verdes la primera vez. Luego, termino adaptándose parcialmente. Sus labios eran demasiado toscos, poco suaves, y sus besos estaban llenos de rudeza. No le gustaba. Pero era lo que tenía que hacer para mantener a su madre feliz. Para detener los insultos... Y los golpes.
Porque si. Clara había golpeado a su hija cada vez que, durante sus crisis, gritaba el nombre de Camila como si fuese lo único que la mantenía viva, exigiéndole que dejara de actuar como una niña idiota. La golpeaba cuándo usaba ropa poco femenina. La golpeaba cuándo lloraba todos los meses en el día que habría sido su aniversario con Camila Cabello. Incluso la golpeaba cuándo decía cosas que para Lauren eran frases normales pero que Clara malinterpretaba...
Luego de "formalizar" su relación con Peter, el chico comenzó a exigir cosas a los padres de la chica como si de un producto se tratase. Ropa ajustada. Maquillaje. Predisposición.
Mike no estaba de acuerdo con todo esto, y sus hermanos tampoco, pero Clara Jauregui si, y los demás temían por la salud física de Lauren, así que se abstenían de hacer o decir cualquier cosa.
Durante esos ocho meses Lauren tuvo que acostumbrarse a ser tratada y vista como un vulgar pedazo de carne, su madre jamás haciendo nada para detenerlo.
Fue por eso que, al saber que volverían a Miami luego de tantos meses, su nuevo corazón casi se le salió del pecho. Volver a Miami suponía alejarse de esa vida. De su tortura. Volver a ser parcialmente libre.
Como puede apreciarse, la inocencia característica en la mente de Lauren seguía allí, completamente intacta.
Librarse de aquel hombre no iba a ser tan fácil como ella pensaba.
Clara Jauregui, manipuladora como siempre, había logrado que Peter accediera a acompañarlos.
...........
Durante el camino Lauren se mantuvo pensativa, sus piernas apenas cubiertas hasta los muslos por un corto vestido siendo acariciadas toscamente por las rasposas manos de Peter sin control alguno.
Aun así, aunque esto era asqueroso y degradante, la chica podía ignorarlo, pues cosas más importantes que un toqueteo al que ya estaba acostumbrada ocupaban su mente.
Estaba pensando en Camila Cabello...
Tal vez la chica era feliz con Austin, al menos un poco, hasta que el chico se descontrolaba y volvía a golpearla sin control alguno.
Tal vez no la recordaba.
Tal vez no significaría nada para la chica de ojos marrones volver a verla.

La Chica de la VentanaWhere stories live. Discover now