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Natalia ha logrado que mi hijo se duerma de nuevo, apreto la hoja entre mis manos, respiro profundo y vigilado por ella, la abro.

Todo está escrito con notable ligereza y hay manchas de tinta en algunas esquinas.

“Ashton, sé que quieres una explicación ahora mismo, que no entiendes el por qué de mi huida. Entiendo que ahora mismo estés lleno de rabia o estés nervioso. Estoy segura que te estás mordiendo el labio superior, y lo sé, porque siempre que te concentras lo haces. Recuerdo muchas cosas de cuando estábamos juntos, nuestro primer beso, nuestra primer caricia, estaba completamente enamorada de ti.

Fui una estúpida, cometí un error y lo estoy cometiendo de nuevo, huir. Recuerdo tanto tus palabras.

-No me importa nada, saldremos adelante como una familia entonces-

Pero tu padre te amenazó, que si te hacías cargo de mí y nuestro hijo, te olvidarías de él y de el dinero que él te daba para tus estudios.

Sentí miedo, sentí que yo sería culpable de que tu futuro se frustrara, y huí. Te dejé una carta diciéndote que iría a Roma, y mira, aquí estas, me buscaste, gracias.

Sé que esto lo sabes y que no tiene nada que ver con lo que está pasando.

Y ahora sí... Sólo espero que algún día me puedas perdonar, por huir hace años y por huir ahora. Eres capaz, más de lo que creés, sé que sacarás a nuestro hijo adelante.

Te amo, te juro que todavía lo hago, soy una maldita cobarde, lo sé, y por favor, no me busques más, tal vez, cuando leas esto, estaré muy lejos...

Cuentale a mi hijo de mí para que comprenda que debe ser valiente, y se dé cuenta, que tiene un padre maravilloso.

Me despido ahora sí, recuerdame cómo el ejemplo de chica en el que no te debes fijar nunca más.

Perdón.”

Arrugo la hoja con fuira y la lanzo lejos de mí, pongo las manos sobre mi rostro y muerdo el interior de mi mejilla para evitar gritar.

Me levanto y camino hacía la cocina, tomo un vaso y lo lleno de agua. Lo llevo hacia mis labios, pero me detengo y sintiendo un fuerte revolcón en mi corazón, lo estrello contra la pared.

Tiro todo a mi paso y las lágrimas no tardan en salir de mis ojos. Natalia aparece rápidamente y me toma del rostro.

-¡Ashton!- exclama. No dice nada, no hace falta, su profunda mirada logra apagar la llamarada de ira dentro de mí.

Caigo de rodillas al suelo y las lágrimas acuden con más intensidad a mis ojos.

Ella se sienta a mi lado y con su voluminoso cuerpo me brinda tranquilidad. Acaricia mi cabello con delicadeza y yo sólo puedo llorar, hasta limpiar mi atormentada alma.

10 de cada mes Where stories live. Discover now