Capítulo 14

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Se supone que ya lo había conseguido. Me había vengado de Luke arruinandole el día a la persona que más quiere, sease Liz, pero el problema está en que yo me siento como una completa mierda.

Luz no debería estar llorando el día de su boda, o al menos no de tristeza, y mi padre tampoco debería de estar como está ahora mismo.

Si es que nada me sale bien.

-¿Es normal que me sienta tan mal? - pregunté en voz baja a Aleisha y a Trisha.

-Me estoy sintiendo mal hasta yo- Aleisha me miró morsiendose el labio por los nervios, y yo me llevé una mano a la cabeza.

-Cleo, tenemos que arreglar esto- susurró Trisha, que no le quitaba ojo al destrozado vestido de Liz.

Alcé la mirada al techo de la iglesia, buscando a Mike por los pasillos de madera, pero no le encontré.
Suspiré tranquilamente sabiendo que no iban a encontrarle, por lo tanto nuestro culo estaba a salvo.

Bueno no, el mío no, yo tenía que dar la cara.

Y por último me fije en Luke, que se estaba quitando la pintura del pelo como podía, se quitó la americana y comenzó a buscar a alguien con la mirada, y luego giró la cabeza, encontrándose conmigo. Su mirada irradiaba rabia y yo, evitando que se notara la pena que sentía por mi anterior acción le sonreí, mostrandole así que estaba orgullosa de mi venganza.

Mi pequeño universo hipócrita y contradictorio.

Y como era de esperar, su mirada asesina llego hasta mi, tratando de aniquilarme en un solo parpadeo. Si las miradas mataran yo estaría más que sepultada.

Le di una ligera sonrisa y me si la vuelta, dirigiriendome a la salida de iglesia. Al salir tiré la pulsera de flores que llevábamos las damas a la basura, para después andar tan rápido como me permitían los tacones.

Unos criticaban que se habían comprado un vestido para nada bla, bla, bla. Otros estaban apenados por lo sucedido, como yo y otros simplememte querian comer.

Quería ir a algún parque o lugar para sentarme, pero no llevaba tanto tiempo aquí como para saber donde estaba cada lugar, así que el único sitio al que podía dirigirme era el parque de arena que había a una calle de la playa.

Cuando llegué limpie todo lo que pude el columpio, y luego me senté en él, observando como la arena a mi alrededor revoloteaba a duras penas por la poca brisa que hacía.

Sentí como alguien me tocaba el pelo, y luego vi las manos de Mike colocandome una de las flores de mi pulsera en el pelo.

-Hola princesa- sonreí al verle caminar hasta colocarse delante de mi, sacando la cámara de su móvil y mostrándome como me veía con la flor en el pelo.

Olvidemos mi cara de muerto y centrémonos en la flor.

-Hola principe- agarré su mano como saludo, y él se sentó en el columpio de mi derecha.

Mike llevaba los pantalones azul-marino del esmoquin, unos zapatos negros y ya no llevaba la americana, vestia la camisa blanca desabotonada por la parte del cuello, la corbata suelta y la camisa por fuera de los pantalones.

-Venga, he hablado con las chicas, podemos arreglarlo - dijo acariciando mi cabello, y yo cerré los ojos.

-¿Cómo?-suspiré-Liz me odia Mike, y no la culpo- abrí los ojos y luego los entrecerré, para mirarle- He arruinado su boda, ¿cómo se arregla eso?-

-Está complicado- le dirigí una mirada al mas puro estilo de "ya lo sé, no me lo digas dos veces" para después peinarme el pelo con la mano de nuevo -lo que tienes que hacer es hablar con Liz y con tu padre, explicarles lo que pasó y disculparte, yo le preguntaré a mi madre qué hacer y hablaremos con las chicas -dijo poniéndose en pie.

Terminaras amándome LH ©Where stories live. Discover now