Capítulo 81

18.1K 859 96
                                    


El último año de instituto no podría haber iniciado mejor. En 3 días volverían nuestros padres, y bueno, de momento nos estábamos entendiendo bien con mi tío. Creo que llevaba tiempo sin verle, y le estaba juzgando demasiado por cosas de hace años. El hombre había cambiado su actitud para bien, y eso se agradecía.

Me freno lentamente mientras camino en medio de Aleisha y Trisha, con Mike delante al lado de Austin. Ese sonido no me gustaba un pelo. Cuando cruzamos la puerta del instituto, esta vez está Mike a mi lado, con una mano en mi hombro preguntándome qué ocurre.

La gente comienza a girar las cabezas en dirección a la calle, y algunos hasta se ríen.

—Mierda. —murmuro frenándome en seco, y mis amigos miran en la dirección en la que miro, quedándose parados a mi alrededor.

—¿Qué cojones? —se burla Austin cuando ve una tartana vieja, coche que no es el que yo recordaba, pero es extremadamente parecido.

Cuando por fin para el motor, mis oídos descansan pues el ruido era insoportable y ridículo. Parecía que en cuanto metiese la primera marcha el coche se desharía en pedazos. Ese coche no debería ni de ser beneficioso para el medio ambiente.

Mi tío baja de ese "coche" y el mismo tiembla, cambiando a una posición más alta. Desde aquí distingo a mi hermano en la parte trasera del coche, con la cabeza agachada. No sólo a mí me da vergüenza esto.

—¡Cleo Davis! —grita en mitad de la acera sin verme. Algunos otros alumnos me tapan y lo agradezco.

—¿Es tú abuelo? —pregunta Mike, que me mira al igual que todos ahora mismo.

—Es mi tío. —susurro avergonzada, apretando con más fuerza la carpeta entre mis brazos. Dios Santo, ¿cómo se le ocurre venir a buscarnos?.

—¡Sobrina querida! ¡Príncipe rubito! —sigue gritando y yo abro la boca, sintiendo mis mejillas arder cada vez más.

—¿Se refiere a Luke? —asiento en dirección a Trisha, y con un gran suspiro avanzo un paso hacia el frente, quedando a la vista de mi tío.

—Sube al coche. —suplico cuando llego hasta él, pero hace como que no me escucha y sigue buscando a Luke con la mirada. —No sé dónde está Luke, Santiago. —

—Pues le esperamos, mujer. Hace calor como para ir andando. ¿Te gusta mi nuevo coche? Lo he alquilado para estos días. —

—¿Esa tartana? Es maravillosa. —

Niego hacia mi tío porque yo no he dicho eso, y cuando cuatro chicos de mi clase pasan frente a nosotros, descubro quien ha sido.

—¿Seguro que no se deshacerá antes de llegar al vertedero? —pregunta otro, burlándose.

Eso no va a terminar bien.

—¿Vertedero? —pregunta mi tío un poco perdido en la conversación, y siento lastima cuando compruebo que ha perdido un poco la destreza al hablar.

—¿Por qué no te vas por ahí? —le digo al chico cuyo nombre no sé, y él hace un movimiento con la mano para que me calle.

—¿Por qué no te llevamos a casa y dejas a este viejo verde con su vieja chatarra? —vuelve a insistir, sorprendiéndome.

¿Habrá comprendido eso Santiago o estará aún más perdido?

—Mira, niñito. —comienza, y yo me aparto de su lado cuando veo como los pocos pelos que adornaban su cabeza comienzan a alzarse como si se estuviese electrocutando. —Tú vuelves a insinuarte así a mi sobrina, y te corto las bolas que aún no tienes, ¿te enteras? —

Terminaras amándome LH ©Where stories live. Discover now