Capítulo 56

23.7K 995 136
                                    

-¡Os quiero ver preparados, entrenados y sudando toda vuestra mierda hasta poder ganar! -grita el entrenador, dando vueltas sobre el campo del instituto, totalmente vacío a excepción de los "jugadores" del equipo de lucha. -¡Es un mes será el campeonato contra el instituto Poseidon, y si no ganáis, juro por mi titulo de entrenador que os colgaré a cada uno del hasta de la bandera más alta durante un día entero! -doy un pequeño saltito y Aleisha me mira con los ojos entrecerrados. -¿Aburridas, señoritas? -pregunta el entrenador, parándose frente a nosotras. 

-A ver, no exactamente eso. -cuando empiezo a escuchar a Aleisha muevo mi mirada al cielo, rezando porque no dijese ninguna barbaridad que nos afectase a ambas. -Es que este uniforme es demasiado feo. -me  llevo la mano a la cabeza al instante, siendo consciente de las risas de nuestros compañeros. Cuando miro al entrenador siento miedo y ganas de reírme al mismo tiempo. 

-¿De...demasiado feo?- el entrenador titubea al repetir las palabras de Aleisha, y la vena de su frente crece por momentos. -¿Algo más que objetar, señorita Roden? -

No, Aleisha, cállate.

-En tonos rosas estaría muchísimo mejor. Esta rayita quedaría de maravilla en un tono fucsia, ¿no cree?- ella señala la raya amarilla en el lateral de la camiseta azul marino. Nuestro uniforme de entrenamiento consistía en una camiseta azul marino con una raya amarilla en el lateral y el escudo del instituto en el lateral izquierdo del pecho. Los pantalones eran cortos y negros. 

-No lo sé, le preguntaré a mi mujer. -murmura él, alzando la mirada asesina hacia mi amiga. -Ella fue quien diseño el uniforme, le interesará saber su idea de cambio. -la cara de Aleisha se congela, al igual que su cuerpo, que palidece por momentos. -Eso si sobrevive a este entrenamiento, claro. ¡Carrera rápida, quien pierda, dará 6 vueltas al campo! -y su silbato suena estridentemente.

Nerviosa comienzo a mirar a los chicos, y solo los que ya pertenecían al equipo desde el año pasado sabían qué hacer. 

Se colocan al lado de dos postes blancos rayados en rojo, y ambos corren hasta llegar a una linea blanca marcada a unos cuantos metros. Aleisha y yo somos las siguientes, por lo que cuando suena el pito de Luke, quien marcaba la salida de nosotras, corro como un rayo. 

Llego antes que Aleisha hasta donde se encontraba el entrenador, que me pita casi en el oido. 

-¡Horroroso! -grita, y como eramos las ultimas en cruzar la línea, me permito tirarme al suelo para volver a recuperar aire. -¡Ni una persona se ha acercado al límite! ¡Desastroso! ¿Pretendéis ganar con esta resistencia de mierda? ¡Vamos a ser patéticos! -grita entre silbido y silbido, y yo quiero llorar mientras mi cabeza esta apoyada en la hierba ardiente. -¡Arriba todo el mundo, y por parejas! -hace sonar de nuevo su silbato y yo mascullo mil maldiciones mientras me levanto.

Estoy ardiendo, y no de la manera en que a mi me gustaría. Sudo por lugares que no sabia que podían sudar, y mi cara arde como el mismísimo sol. 

Camino hacia Aleisha, que está roja cual tomate, y tiene los brazos cruzados bajo su pecho, mirando al suelo con una mirada que dividiría la tierra como un láser. 

-¡De eso nada! Davis, su pareja será Crawford, Roden, su pareja será Hood. -informa el entrenador pintándome en el oído, y yo doy un grito cuando el sonido pasa de mi oído izquierdo hasta la parte más sensible de mi cerebro.

Me giro sobre mí y veo a Crawford. Era un chico no mucho más alto que yo, pero si bastante más ancho que yo. No era gordo como tal, pero si se le notaba bastante que su gusto por el gimnasio era extremo. Le sonrío con una línea recta pintada en mis labios, y tras eso me giro hacia el entrenador, el cual me sonreía con suficiencia. 

Terminaras amándome LH ©Where stories live. Discover now