Capítulo 6: Enfermería, acosadoras y un chapuzón

48.9K 2K 86
                                    


Aria POV'S.

—¡Qué me bajes! —Repetí por milésima vez.

—¡Que te quedes quieta si no quieres que caigamos los dos! —murmuró ignorando mis órdenes.

Decidí patalear y moverme de manera brusca a ver si por alguna obra de la suerte me bajaba pero sólo me cargó con más fuerza.

—¡Ey!

¡Alice! ¡Había dejado a Alice abandonada!

No podía ir a la enfermería. No quería. Odiaba todo ¡Alice! Ni idea de que pasó con ella, o donde estará.

No podía ir a la enfermería, no quería y haría lo posible dentro de mis cabales de estudiante por no ir.

¿Por qué Nicolás me había sacado de la pelea? Desde esta mañana supe que no era normal pero tampoco para que se lanzara en una misión suicida sobre separar a dos mujeres agarradas del pelo.

Los pies me comenzaron a doler por lo que me cansé de patalear. Luego de girar por varios pasillos, pasar por la mitad del patio, atravesar el gran gimnasio... Llegamos a la enfermería.

—Estaba un poquito lejos, no más —mencioné.

Ignorándome me bajó de sus brazos y me empujó hacia la puerta haciendo que mi tobillo se doblara.

—Pucha.

—¿Ah?

Lo miré con el ceño fruncido antes de comenzar a cojear.

—Que me has hecho lastimar el tobillo, genio.

Me agarré de su hombro para tener más equilibrio y él me ayudó a sentarme sobre una fea camilla blanca.

—Hola, Rose —saludó a la enfermera.

—Hola, Nick —respondió ella, dándole una cálida sonrisa.

Era una mujer bajita y regordeta bastante mayor. Tenía una bata blanca bajo un delantal del mismo color y unos zapatos adecuados para descansar.

—Hola —saludé. El tobillo aún me pinchaba.

—¿Qué te sucedió, cariño? —Inquirió acercándose a mí.-Hola, soy Aria.

—Mi gato se volvió agresivo y mientras venía hasta acá se me dobló el tobillo.

La enfermera buscó en un estante metálico algún medicamente pero volvió con una mueca.

—El ungüento se ha terminado. Tendré que ir a la bodega a por más. ¡No me tardo!

Y salió trotando de la enfermería.

Miré a Nicolás quien se quedó observando la espalda de la mujer hasta que ella desapareció.

Extrañamente había sido muy amable conmigo y por lo que Lexy y Alice comentaron él no se llevaba bien con la mayoría y todo el instituto le tenía miedo, a excepción de su mejor amigo, su novia y la directora.

—Em... gracias —dije lentamente.

—No hay de qué, Aria.

¿Qué? ¿Cómo lo descubrió?

—¿Quién te lo dijo?

—Un pajarito.

Bufé balanceando los pies.

—Deja las drogas más bien.

—¿Ah?

—Nada, nada.

¿Quieres guerra? ©Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu