Capitulo 7 : Cambiemos de ropa.

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Nicolás POV'S

—¿Por qué demonios me tiraste?

—Ja,ja ¿Y yo me caí al agua por obra y arte del destino? Es venganza.

—Claro que sí, ¿por qué más te caerías?

—No lo sé, tal vez a alguien llamado Nicolás le dio la gana de lanzarme a la piscina para que me refrescara un poco porque según él estaba haciendo calor—Contestó.

Bueno, es verdad, veía que estaba haciendo bastante calor y que mejor para el calor que un chapuzó, antes la había ayudado.

—Bueno pero dime ¿No estás mejor ahora mojada?

—Ugh! Claro que no estoy mojada— medio chilló con el ceño fruncido.

Resoplé golpeándome mentalmente.

—No en ese sentido, pervertida. ¿No ves que tienes la ropa mojada?

—¡Pues me acabo de dar un maldito chapuzón y no tengo más ropa!

Suspiré mirando a otra dirección y volví a hablar.

—Entonces te llevaré a tu casa para que vayas a por ropa.

—Nunca me montaré en el mismo auto que tú— gruñó.

—Entonces quédate mojada hasta que acaben las clases y todos le vean la ropa toda pegada a ese cuerpo tuyo...

Aria se sonrojó al pensar en la situación y pude ver su sostén rojo a través de su camisa blanca que ahora mismo parecía transparente.

Quería reír de ella pero si eso pasaba no dudaba en que obtendría un golpe de su parte por lo que me contuve.

— Dame tu camisa.

— ¿Qué?

— Que me des tu camisa—repetí comenzando a estresarme.

— ¿Por qué?

¿Es que estaba sorda o qué?

— Dame tu camisa, te presto una sudadera que me han entregado hoy del equipo, te la pones y listo.

— Está bien.

Se giró antes de quitársela y luego giró con las mejillas tan sonrojadas como una cereza.

— ¿Y ahora?

— Ahora, tenemos que ir a los vestidores a por la sudaderas. ¿Sabes? Pudiste haber esperado llegar hasta mi casillero para quitártela.

— Ya estamos en el gimnasio, así que no deben de estar muy lejos ¿no?

—Nop.

Salimos de la piscina y caminamos hasta los vestidores.

— ¿Sabes? Pudiste haber esperado llegar hasta mi casillero para quitártela.

Su mirada fulminante se hizo notar y sólo pude negar con la cabeza antes de tomar rumbo hacia los vestidores. Al momento en poner un pie dentro de él, saludo a los del equipo que ocupan todas las duchas. Volteé a ver a la castaña quien cubría sus ojos con ambas manos.

Ah sí, un pequeño detalle, las duchas no tenían puertas ni cortinas.

Y todos estaban como los habían traído al mundo.

— ¿Aria?

— ¿Si?

La guié más rápido hacia los vestidores pero la fila de duchas parecía interminable.

¿Quieres guerra? ©Where stories live. Discover now