Pacifica por la Carretera [Dipcifica] [Terminada]

Pequeño Mujeriego

¡Muy buenas a todas ya todos de nuevo!

Un nuevo miércoles ha llegado y eso significa una nueva actualización. Estoy seguro de que varios de ustedes ya querían saber en la clase de problemas en las que Dipper se va a meter por haber exagerado con sus métodos de conquista. Pues sin más preámbulos pasemos directamente al capítulo. Espero que les guste.

Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!

Un Fanfic de Gravity Falls

"Pacifica por la Carretera"

Capítulo 8: "Pequeño Mujeriego"

—¿Chica del laberinto? —La niña replicó, demostrando cierta molestia e indignación—. ¿Es así como me recuerdas? ¿Ya te olvidaste de mi nombre, Dipper?

—¿Tu nombre...? Tu nombre era... —Rebuscó entre su mente sin poder hallar la respuesta que necesitaba—. ¿Cuál era tu nombre...?

—¡Jessica! ¡Mi nombre es Jessica! —Refirmó, utilizando un tono más acentuado y agresivo. Acto seguido, tomó asiento junto a Dipper—. Y ahora si pudieras darme una explicación sobre lo qué está ocurriendo aquí... ¿Quién es esta chica? ¿Y por qué la tenías agarrada de la mano? ¿Qué hay del romántico paseo que tuvimos el día de ayer? ¿Acaso ese beso en la mejilla no significó nada para ti?

—Verás... Jessica... Yo...

—Dipper... —Pacifica se mostró preocupada. No obstante, no se permaneció cayada, así que aprovechó el tiempo pausado y prolongado que Dipper le daba a sus respuestas para hacer sus propias preguntas—. ¿Quién es esta chica...? ¿Cuál romántico paseo? ¿A qué beso se refiere...?

—¡A ninguno...! —Comenzó a sudar la gota gorda—. Quise decir... Bueno... Si hubo uno... Pero... Ella y yo, no...

Dipper se encontraba enfrascado en una inusual situación que jamás en su vida creyó atravesar. Después de todo, ¿Qué probabilidades había de que un chico nerd como Dipper, una rata de biblioteca, pudiera verse en la penosa necesidad de explicarles a dos chicas que su único pecado consistía en tratar de aumentar sus habilidades de coqueteo a base de hablar precisamente con más y más chicas? Sin embargo, los problemas de Dipper apenas comenzaban, ya que al tratar de buscar una respuesta pertinente que no desencadenara la ira de ambas, otra chica más se apersonó frente al grupo.

—¡Dipper! —Exclamó la joven de coletas gemelas, esbozando una gran sonrisa al darse cuenta de la presencia de Dipper—. ¡Vaya! No creerás lo difícil que es reconocer a las personas bocarriba luego de conocerlas y charlar con ellas bocabajo. ¿Sabes? Hay algo súper hilarante que había querido contarte desde el día de ayer. Tiene que ver con el lugar en dónde nació mi hermano. ¡No vas a creerlo! ¡Ah! Y otra cosa, hay altas posibilidades de que mi familia abandone la idea de ir a Canadá para mudarse a Piedmont. De ser así, estoy muy interesada por conocer el lugar dónde tú vives... ¡Qué emoción! Si todo sale bien y nuestras casas se encuentran cerca, entonces... No lo sé... Tal vez podríamos salir... Tú y yo juntos algún día y... Conocernos mejor y... —Desvió la mirada, para posarla sobre Pacifica y Jessica quienes parecían haberse petrificado—. Eh... Dipper... ¿Quiénes son ellas? ¿Y por qué me están mirando de esa forma tan extraña?

Dipper no tuvo el tiempo necesario para responder adecuadamente, ni siquiera para buscar una tonta excusa, mucho menos para balbucear palabras aleatorias, ya que otra chica más se apersonó ante el grupo de niña inconformes puestas en fila dispuestas a escuchar una explicación sólida por parte de Dipper.