Epílogo

8 1 0
                                    

Revivida su existencia desde su nacimiento, Billy estaba de nuevo en el regazo de su padre, él charlaba con un amigo del cuartel, y se esforzaba para oír lo que decían, pero era difícil, pues el hombre fumaba una pipa ahumada por lo que le ardían los ojos, trató de patalear para a su padre, ¿pero cómo si él no estaba más allí, pero sí estaba un lagarto? Por supuesto, ya que estaban en una cueva y el tiranosaurio intentaba entrar para comerlos, había más alguien allí, en la oscuridad, gimiendo con mucho miedo, como él. Necesitaba cerrar la puerta, después de todo allí era su habitación y su hermana dormía en la cama de al lado, ella no despertaba y un extraño amigo sentado al borde de la cama le decía: "Usted necesita tener cuidado Billy, estas máquinas... Quieren controlarnos, ellas casi nos mataron, ellas están locas", pero el lagarto insistía en entrar, no, era solo su perro llamándolo para pasear, ¿pues qué que podría significarle a él de pie a la puerta sujetando la correa con la pata? A menos que fuera necesario escapar, porque estaban en guerra y aquella barra de hielo siendo llevada por un ciclón era su padre, necesitaba alcanzarlo, corría, pero no salía del lugar, sus piernas no lo obedecían y se quedaba para atrás, sería poco útil intentarlo, pisando sobre el hielo descalzo como lo hacía, "él volverá", su amigo decía, pero ¿dónde ellos estaban? Estaban perdidos en el desierto.

Estaban en otra dimensión, accidentalmente tele transportados a través de un pulso generado por la colisión entre otros planes dimensionales estelares, el cual reverbera a través del vacío interplanetario, chocándose y disipándose en varias ondas o fuerzas energéticas, tales como el campo magnético de la Tierra, reflejándose por su atmosfera, especialmente en los polos con sus bellas auroras, después perdiendo la fuerza en los eslabones más largos a medida que el pulso cae para la línea ecuatorial, en un determinado punto, ya en las camadas más bajas de la troposfera, la onda norte-sur se choca sobre sí misma, si por casualidad en ese momento un hilo conductor estuviera por allí, desterrado y muy lejos del sol a nivel solsticio, como nuestro avión, las ondas se rompen sobre él, súbitamente sorbiendo y acelerando toda su materia por ese lapso espacial, eyectándola adelante en el tiempo —"¿pero cómo?"—, ¡transportándonos desde un plan dimensional hacia 378.737 años más evolucionado! Y esto significa que:

— ¡TODO ES VERDAD!    

El Vuelo Chárter para MiamiDove le storie prendono vita. Scoprilo ora