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Querido Daniel,

se que tú no me recuerdas, pero yo a ti sí, y también sé que nunca me atreveré a enviarte este correo, que quedará siempre en mis borradores.

Yo aún te sigo queriendo como el primer día y me duele ver que yo he pasado al olvido para ti.

Me duele ver como le regalas tu amor a otra mujer, ese amor que antes me regalabas a mi, haciéndome la persona más feliz del mundo.

Me duele ver como has seguido adelante sin mi, mientras que yo sigo viviendo del pasado, un pasado que ya no volverá.

Me duele ver que estás tan cerca, y sentir que miles de kilómetros separan nuestros corazones.

Recuerdo el día que mi vida comenzó a derrumbarse. El día que despertaste del coma. Los médicos me habían advertido que era posible que tu perdieras la memoria, pero no les creí hasta el momento que abriste los ojos, miraste desconcertado a tu alrededor y finalmente me preguntaste quien era y que hacía junto a tu cama. Creo que nunca en mi vida había sentido un dolor y una tristeza tan grandes. Con los ojos llenos de lágrimas te dije que me había equivocado de habitación y salí corriendo de allí. En ese momento te perdí y perdí una parte de mi. Aunque te parezca estúpido cada vez que pienso en ese día no puedo evitar llorar, de hecho ahora mismo siento como mis ojos comienzan a inundarse.

A pesar de que ha pasado ya un año mi amor hacia ti no ha cambiado, te sigo queriendo como en ese entonces.
Te echo tanto de menos, no puedes imaginarlo. Cada día eres mi primer pensamiento al despertarme y el último al dormirme. Siento un enorme vacío en mi corazón, te necesito en mi vida y quisiera que tu también me necesitaras en la tuya. Si tan sólo pudiera volver atrás en el tiempo y evitar que tengas ese accidente que fue el causante de todo mi sufrimiento...

Me gustaría poder contarte que aunque me ha dolido ya he superado todo esto, que he conocido a otro hombre que me hace muy feliz y que pronto me voy a casar, pero sería una mentira.
Tu siempre has sido, eres y serás el amor de mi vida, y aunque las circunstancias te han llevado a olvidarme yo jamás podré olvidarte.

Me gustaría tener el valor de tocar a tu puerta y decírtelo a la cara, o al menos de pulsar el botón enter y enviar este correo, pero soy consciente que eso sólo traería problemas a tu vida, así que prefiero dejar las cosas como están.

Siempre tuya
Nerea

Cartas al olvidoWhere stories live. Discover now